La salud del presidente Chávez es una cuestión vital para algunos países de América Latina no solo por solidaridad o afinidad ideológica, sino por su gran dependencia económica del gigante petrolero latinoamericano, según la opinión algunos analistas analistas.
Según sus propias palabras, Chávez aun no ha ganado la batalla a un cáncer que le fue diagnosticado y tratado el mes pasado en Cuba, país cuyo Gobierno es su principal aliado y a la vez beneficiario de su activa política de cooperación con otros países de la región, especialmente los de la Alianza Bolivariana de las Américas (ALBA).
El estatal Banco de Comercio Exterior de Venezuela (Bancoex) cifra en 4.200 millones de dólares las exportaciones venezolanas a Cuba, Nicaragua, Ecuador y Bolivia, todos ellos miembros de la ALBA, en 2009, mientras que las importaciones venezolanas de los cuatro solo fueron de 1.300 millones de dólares ese mismo año.
El grueso de las exportaciones venezolanas a sus socios en la ALBA es petróleo y derivados, que son enviados a precios preferenciales al igual que a los países adscritos a Petrocaribe, otra iniciativa de Chávez, al que la oposición venezolana ha echado en cara en muchas ocasiones su generosidad con otros países.
El economista José Guerra, director de la escuela de Economía de la Universidad Central de Venezuela (UCV), cree que "en realidad el ALBA nunca ha funcionado" y que no hay nada que obligue a Venezuela a seguir con los acuerdos a futuro.
"Venezuela está transfiriendo a los países del ALBA por distintas vías por factura petrolera subsidiada, créditos blandos y compras a esos países alrededor de 5.000 millones de dólares", pero "no hay quid pro quo, porque ninguno de esos países puede financiar la economía venezolana", declara Guerra.
Cuba recibe 100.000 barriles diarios de petróleo diarios de Venezuela, a precios "blandos", lo que constituye un balón de oxígeno para la deprimida economía de la isla.
Según Bancoex, las exportaciones venezolanas de productos petroleros a Cuba en 2009 sumaron 2.660 millones de dólares.
El economista disidente cubano Óscar Espinosa opina que si se rompe lo que denomina el "cordón umbilical" con Venezuela en Cuba se producirá "una catástrofe de dimensiones extraordinarias".
Analistas del Centro de Estudios de la Economía Cubana (CEEC) reconocen que cualquier "riesgo" en Venezuela impactará directamente en Cuba, pero también defienden que la isla podrá resistirlo mejor que cuando se produjo la caída del bloque soviético.
En Nicaragua, que tiene en Venezuela el segundo mayor mercado para sus productos, la salud de Chávez preocupa a sus empresarios, que piden "acelerar" la firma de un Tratado de Libre Comercio con el país suramericano.
El presidente del Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep), José Adán Aguerri, dijo esta semana que es necesario "sustituir" la voluntad política de incrementar las relaciones económicas por un acuerdo comercial para darle "certeza" al mercado.
Según el Cosep, en el primer semestre del año Nicaragua ha exportado a Venezuela por valor de 127,2 millones de dólares, más que en todo 2009 (123 millones), pero existe el "riesgo" de volver a los niveles de 2006 (dos millones de dólares) si ocurre un "cambio político" en alguno de los dos países.
Nicaragua recibe además fondos de la cooperación venezolana, que ascendieron el año pasado a 511 millones de dólares y han servido entre otras cosas para subsidiar la tarifa de energía eléctrica a 528.000 clientes que consumen menos de 150 kilovatios al mes.
Los programas de cooperación de Venezuela con Cuba sumaron casi 1.500 millones de dólares en 2009, según señaló a fines de ese año el entonces ministro de Comercio Exterior de Cuba.
Hay pocas cifras oficiales sobre la ayuda venezolana al exterior, pero en 2009 la oposición acusó a Chávez de haber "regalado más de 53.000 millones de dólares" a otros países.
Al igual que en Nicaragua, en el ámbito privado de Bolivia hay quien se declara inquieto por el hecho de que la "sostenibilidad" de la cooperación con Venezuela esté "siempre con un signo de interrogación", en palabras de Gary Rodríguez, gerente general del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (privado).
"El reacomodo ideológico y político que se está dando en Suramérica nos lleva a pensar que esa fuerte dependencia que se ha generado desde Venezuela hacia Bolivia pudiera cambiar si la figura del presidente Chávez se aleja, ya sea temporal o parcialmente en algún momento", opinó.
El analista económico Gonzalo Chávez señaló por su parte que la cooperación venezolana "ya no es tan fuerte" como en los primeros años de gestión de Evo Morales por los problemas internos en Venezuela y si el presidente Chávez "no está con toda la fuerza con que estaba, es probable que haya una cierta disminución".
Entre enero y mayo de este año las exportaciones bolivianas a Venezuela alcanzaron los 340,3 millones de dólares y las importaciones fueron de 298,6 millones, con un saldo comercial de 41,6 millones a favor de Bolivia.
Pero Bolivia le adeudaba al país caribeño 319,7 millones de dólares al 31 de mayo de 2011, según datos del Banco Central, lo que se explica por la importación de gasóleo venezolano para cubrir cerca de la mitad de la demanda interna de ese combustible.
En Ecuador, país productor y exportador de petróleo, la dependencia es menor, aunque las cifras de Bancoex señalan que las exportaciones petroleras venezolanas fueron de 1.136 millones de dólares y las no petroleras de 67,4 millones, frente a unas importaciones de 607 millones en 2009.
El analista Eduardo Santos, profesor de Ciencias Internacionales en la estatal Universidad Central de Ecuador, dijo que entre el presidente de Ecuador, Rafael Correa, y Chávez "hay un vínculo muy especial", lo que distingue una "relación privilegiada, más política que económica".
Santos cree también que en caso de que Chávez deje la vida política por temas de salud y ante la falta de un sucesor con su carisma, podría complicarse el sostenimiento del llamado socialismo del siglo XXI "a la usanza del Alba".
EFE