Las autoridades filipinas elevaron a 43 el número de muertos por el tifón "Nesat", que golpeó el martes al norte del archipiélago, mientras el país se prepara ahora para la llegada de otro, el "Nalgae".
Según el Centro Nacional de Prevención de Desastres, al menos 21 de las víctimas son menores que perdieron la vida golpeados por árboles derribados por el vendaval, sepultados por desprendimientos de tierra, ahogados o electrocutados.
Las últimas víctimas registradas por este organismo son un niño de 13 años que pereció ahogado en la provincia de Pampanga (norte), la misma causa por la que falleció un habitante de la provincia de Bulacan, cercana a Manila.
Un hombre de 42 años y una mujer cuya edad se desconoce perdieron la vida electrocutados en las provincias de Bulacan y Camarines Sur (este).
Los servicios de rescate aprovechan el buen tiempo que vive desde ayer gran parte de la isla de Luzón para tratar de rescatar con vida a alguna de las 30 personas que siguen desaparecidas.
El tifón, que arrastró vientos sostenidos de 140 kilómetros por hora y rachas de hasta 170 kilómetros por hora, abandonó el miércoles el país hacia el sur de China.
Según las autoridades, 986.417 personas se vieron afectadas por el temporal, de las que unas 160.000 siguen siendo atendidas en los centros de evacuación provistos por el Gobierno.
"Nesat" ha ocasionado un coste económico de cerca de 4.000 millones de pesos (91,2 millones de dólares o 67,6 millones de euros) por los destrozos en los cultivos y las infraestructuras.
El país se prepara ahora para la llegada del tifón Nalgae, que se acerca hacia las provincias de Cagayan e Isabela con vientos sostenidos de 130 kilómetros por hora y ráfagas de hasta 160 kilómetros por hora.
Entre 15 y 20 tifones visitan Filipinas cada año durante la estación lluviosa que, por lo general, comienza en mayo y concluye en noviembre.
Los expertos de las agencias internacionales citan al chabolismo como el principal factor del gran número de víctimas que causan en Filipinas los desastres naturales y que evidencian el mal estado de las infraestructuras.
Según el Centro Nacional de Prevención de Desastres, al menos 21 de las víctimas son menores que perdieron la vida golpeados por árboles derribados por el vendaval, sepultados por desprendimientos de tierra, ahogados o electrocutados.
Las últimas víctimas registradas por este organismo son un niño de 13 años que pereció ahogado en la provincia de Pampanga (norte), la misma causa por la que falleció un habitante de la provincia de Bulacan, cercana a Manila.
Un hombre de 42 años y una mujer cuya edad se desconoce perdieron la vida electrocutados en las provincias de Bulacan y Camarines Sur (este).
Los servicios de rescate aprovechan el buen tiempo que vive desde ayer gran parte de la isla de Luzón para tratar de rescatar con vida a alguna de las 30 personas que siguen desaparecidas.
El tifón, que arrastró vientos sostenidos de 140 kilómetros por hora y rachas de hasta 170 kilómetros por hora, abandonó el miércoles el país hacia el sur de China.
Según las autoridades, 986.417 personas se vieron afectadas por el temporal, de las que unas 160.000 siguen siendo atendidas en los centros de evacuación provistos por el Gobierno.
"Nesat" ha ocasionado un coste económico de cerca de 4.000 millones de pesos (91,2 millones de dólares o 67,6 millones de euros) por los destrozos en los cultivos y las infraestructuras.
El país se prepara ahora para la llegada del tifón Nalgae, que se acerca hacia las provincias de Cagayan e Isabela con vientos sostenidos de 130 kilómetros por hora y ráfagas de hasta 160 kilómetros por hora.
Entre 15 y 20 tifones visitan Filipinas cada año durante la estación lluviosa que, por lo general, comienza en mayo y concluye en noviembre.
Los expertos de las agencias internacionales citan al chabolismo como el principal factor del gran número de víctimas que causan en Filipinas los desastres naturales y que evidencian el mal estado de las infraestructuras.
EFE