La sonda Messenger de la NASA, la primera nave espacial en entrar en la órbita de Mercurio, ha revelado datos sorprendentes del misterioso planeta, entre ellos detalles de su pasado volcánico que explican su apariencia actual.
Gracias a las imágenes de alta resolución proporcionadas por la nave, los científicos saben ahora que las lisas planicies de las latitudes altas del norte del pequeño planeta son el resultado de la actividad de potentes volcanes.
Antes de Messenger, sólo otra nave estadounidense había estudiado Mercurio aunque sin entrar en su órbita, la Mariner-10 en 1974.
Aquella misión no consiguió responder al histórico interrogante de si las planicies lisas tenían su origen en la actividad volcánica.
Así lo explicaron hoy en una conferencia de prensa telefónica varios miembros del equipo de investigadores de la NASA que trabaja en la misión de la sonda Messenger y que resumieron parte de la ingente cantidad de hallazgos que el artefacto ha proporcionado sobre el planeta más cercano al sol.
Los nuevos descubrimientos, que arrojan luz sobre uno de los planetas que aún presentan más incógnitas para la ciencia, han sido publicados en la revista Science y van desde extraños hoyos en su superficie a revelaciones sobre su composición química, que señalan que su superficie tiene diez veces más azufre que la Tierra o la Luna.
Así, los primeros grandes resultados de la misión Messenger, acrónimo de Mercury Surface, Space Environment, Geochemistry & Ranging, obligan a la comunidad científica, según explicó hoy la NASA, a reconsiderar algunas de sus ideas sobre la naturaleza y la historia del planeta.
En este sentido, por ejemplo, las imágenes proporcionadas por Messenger muestran evidencias de que Mercurio sigue teniendo elementos volátiles, algo que los científicos descartaban hasta ahora.
Mercurio, Venus, Tierra y Marte son planetas terrestres -compuestos principalmente por roca y metal-, pero de ellos Mercurio es el más pequeño, el más denso y el que tiene la superficie más antigua.
También es el que registra mayor variación diaria en la temperatura de su superficie y, a la vez, el menos explorado.
Para los científicos, la comprensión de este eslabón entre los planetas terrestres es crucial para entender mejor cómo se formaron y evolucionaron los astros de nuestro Sistema Solar.
Pese a los hallazgos de la sonda Messenger, aún quedan muchas cuestiones fundamentales sin respuesta, como la de con qué tipo de rocas está hecho el planeta, a las que esperan responder los investigadores de la NASA en las siguientes etapas de esta misión.
Mercurio es uno de los planetas que más ha costado investigar, ya que se mueve mucho más rápido que la Tierra.
Una nave espacial debe desplazarse a 104.607 kilómetros por hora para alcanzarlo y además enfrentarse al calor del Sol.
Messenger entró en la órbita de Mercurio el jueves 17 de marzo y fue lanzada al espacio en 2004; la misión se constituyó hace más de diez años y hace casi quince que comenzó a debatirse sobre ella en la NASA.
La sonda va equipada de espectrómetros en varias bandas (rayos gamma, neutrones, rayos x), que permiten observar la composición que tiene la superficie, un instrumento que mide el plasma, las partículas del espacio, un altímetro por láser y varias cámaras.
El proyecto Messenger es la séptima misión espacial con enfoque científico y realizada a bajo costo con el auspicio del programa Discovery de la NASA
Gracias a las imágenes de alta resolución proporcionadas por la nave, los científicos saben ahora que las lisas planicies de las latitudes altas del norte del pequeño planeta son el resultado de la actividad de potentes volcanes.
Antes de Messenger, sólo otra nave estadounidense había estudiado Mercurio aunque sin entrar en su órbita, la Mariner-10 en 1974.
Aquella misión no consiguió responder al histórico interrogante de si las planicies lisas tenían su origen en la actividad volcánica.
Así lo explicaron hoy en una conferencia de prensa telefónica varios miembros del equipo de investigadores de la NASA que trabaja en la misión de la sonda Messenger y que resumieron parte de la ingente cantidad de hallazgos que el artefacto ha proporcionado sobre el planeta más cercano al sol.
Los nuevos descubrimientos, que arrojan luz sobre uno de los planetas que aún presentan más incógnitas para la ciencia, han sido publicados en la revista Science y van desde extraños hoyos en su superficie a revelaciones sobre su composición química, que señalan que su superficie tiene diez veces más azufre que la Tierra o la Luna.
Así, los primeros grandes resultados de la misión Messenger, acrónimo de Mercury Surface, Space Environment, Geochemistry & Ranging, obligan a la comunidad científica, según explicó hoy la NASA, a reconsiderar algunas de sus ideas sobre la naturaleza y la historia del planeta.
En este sentido, por ejemplo, las imágenes proporcionadas por Messenger muestran evidencias de que Mercurio sigue teniendo elementos volátiles, algo que los científicos descartaban hasta ahora.
Mercurio, Venus, Tierra y Marte son planetas terrestres -compuestos principalmente por roca y metal-, pero de ellos Mercurio es el más pequeño, el más denso y el que tiene la superficie más antigua.
También es el que registra mayor variación diaria en la temperatura de su superficie y, a la vez, el menos explorado.
Para los científicos, la comprensión de este eslabón entre los planetas terrestres es crucial para entender mejor cómo se formaron y evolucionaron los astros de nuestro Sistema Solar.
Pese a los hallazgos de la sonda Messenger, aún quedan muchas cuestiones fundamentales sin respuesta, como la de con qué tipo de rocas está hecho el planeta, a las que esperan responder los investigadores de la NASA en las siguientes etapas de esta misión.
Mercurio es uno de los planetas que más ha costado investigar, ya que se mueve mucho más rápido que la Tierra.
Una nave espacial debe desplazarse a 104.607 kilómetros por hora para alcanzarlo y además enfrentarse al calor del Sol.
Messenger entró en la órbita de Mercurio el jueves 17 de marzo y fue lanzada al espacio en 2004; la misión se constituyó hace más de diez años y hace casi quince que comenzó a debatirse sobre ella en la NASA.
La sonda va equipada de espectrómetros en varias bandas (rayos gamma, neutrones, rayos x), que permiten observar la composición que tiene la superficie, un instrumento que mide el plasma, las partículas del espacio, un altímetro por láser y varias cámaras.
El proyecto Messenger es la séptima misión espacial con enfoque científico y realizada a bajo costo con el auspicio del programa Discovery de la NASA
EFE