(AFP) - Miles de personas estaban congregadas este viernes a media jornada en la plaza Tahrir de El Cairo para pedir al ejército, en el poder, que cumpla sus promesas de reformas y de democratización.
El ejército, en un comunicado colgado en su página Facebook, reconoció “el derecho de manifestarse pacíficamente” pero advirtió que respondería “con la mayor severidad y la mayor determinación” a cualquier tipo de violencia.
Mientras tanto, los manifestantes destruyeron parcialmente este viernes un muro de protección recientemente construido por las autoridades egipcias ante la embajada israelí en El Cairo, donde además retiraron la bandera de Israel.
Como se recordará el pasado 21 de agosto, un manifestante había retirado ya la bandera israelí de la embajada, reemplazándola por la de Egipto.
Un millar de manifestantes se concentraron ante el inmueble que alberga la misión diplomática y lo atacaron con martillos y un gran tubo metálico, sin que la policía, que se encontraba en las proximidades, interviniese.
Esta manifestación en la emblemática plaza de la revuelta que derrocó al presidente Hosni Mubarak el pasado 11 de febrero fue convocada por organizaciones laicas y de izquierda, sobre todo por movimientos juveniles.
Sin embargo, está boicoteada por la poderosa organización de los Hermanos Musulmanes y por otros movimientos islamistas.
“No se ha cumplido ninguna de las demandas de la revolución“, estimó uno de los manifestantes, Ibrahim Ali, de 38 años.
“Sería indigno para el pueblo egipcio olvidar las promesas de la revolución”, afirmó un religioso encargado de dirigir la tradicional oración musulmana del viernes en la plaza.
Los activistas laicos temen que la celebración de elecciones legislativas este otoño (boreal) favorezca a los islamistas y dirigentes del antiguo régimen, más organizados que ellos, y piden una revisión de la normativa electoral.
Reclaman asimismo más reformas y que se dejen de usar tribunales militares para juzgar a civiles.