La recesión de la economía japonesa en el segundo trimestre de 2011 ha sido más severa que la estimación inicial, unos meses después del sismo y el tsunami del 11 de marzo y en un contexto de desaceleración del crecimiento mundial.
El Producto Interior Bruto (PIB) de la tercera potencia económica planetaria se contrajo entre abril y junio un 0,5% respecto al periodo de enero a marzo, en lugar del 0,3% estimado a mediados de agosto.
El retroceso interanual fue de 2,1% contra un 1,3% calculado inicialmente, precisó el gobierno en los datos revisados que publicó este viernes.
Este es el tercer trimestre seguido de contracción de la economía japonesa, provocada esta vez por una caída de las exportaciones.
Las empresas han acumulado los problemas debido al tsunami que devastó la región de Tohoku (noreste del archipiélago) con un balance de 20.000 muertos y desaparecidos: las fábricas resultaron dañadas y se rompieron provisionalmente los circuitos de aprovisionamiento.
Los sectores de la construcción automovilística y de la electrónica, claves en las exportaciones japonesas, resultaron particularmente afectados.
Para resolver los problemas más acuciantes, las firmas redujeron sus inversiones mientras se estancaba el consumo de los japoneses, prudentes en tiempos de crisis.
Solo las inversiones públicas (+4,3%) dinamizaron la economía. Las autoridades aumentaron sus gastos para acelerar las obras de reconstrucción de Tohoku.
La actividad parece hacer despegado durante el verano (boreal) a pesar de la subida del yen, que perjudica a las exportaciones, y a pesar de una falta de electricidad debida al parón de la mayor parte de los reactores en Japón desde el accidente nuclear de Fukushima.
La incertidumbre que pesa sobre el crecimiento mundial, reforzada por los problemas europeos de endeudamiento, podrían limitar la magnitud del esperado repunte de la economía japonesa.
AFP