Lo Último

.

.

viernes, 23 de septiembre de 2011

Saleh regresa a un Yemen enfrentado por combates sangrientos


(AFP) - El cuestionado presidente de Yemen, Alí Abdalá Saleh, regresó a su país por sorpresa este viernes tras una ausencia de tres meses, en medio de sangrientos combates entre partidarios y opositores que sacuden a la capital Saná desde hace cinco días.

Confrontado desde enero a una revuelta, acusado de corrupción y nepotismo, Saleh regresó de Arabia Saudita, donde había sido hospitalizado tras ser herido en un ataque contra su palacio en Saná el 3 de junio pasado.

El jefe de Estado llegó al aeropuerto de la capital a las 05H00 locales (02H00 GMT), indicó a la AFP una fuente aeroportuaria. Se ignoran por ahora los planes del presidente.

Al anunciarse su regreso sorpresivo por la televisión Estatal, se produjeron disparos de alegría en los barrios del sur de la capital, controlados por las brigadas del ejército que le son leales.

Al mismo momento, las fuerzas pro-Saleh lanzaban obuses contra el barrio Al Hasaba (norte), cuando los hombres del poderoso jefe tribal Sadek al Ahmar, que adhirió a las protestas, combatían contra los del dignatario tribal leal a Saleh, Saghir ben Aziz, según fuentes tribales.

Enfrentamientos ocurrieron en otros barrios de la capital, según testigos, luego de actos de violencia nocturnos que causaron seis muertos, cuatro en Al Hasaba y dos en la Plaza del Cambio, epicentro de la protesta donde acampan los contestatarios, según fuentes médicas y tribales.


En Taez, segunda ciudad del país en el suroeste de Saná, una persona murió y dos resultaron heridas por la caída de obuses en la plaza de la Libertad mientras que un hotel se incendió, informaron los contestatarios.

Esos actos de violencia ocurren a unas horas de que se lleven a cabo a inicios de la tarde manifestaciones , previstas por partidarios y adversarios del régimen en Saná, con motivo de la oración musulmana semanal del viernes.

En el poder desde hace 33 años, Saleh ha rechazado hasta ahora ceder y se niega a firmar un plan de salida de la crisis elaborado por las monarquías árabes del Golfo, pese a las presiones internacionales.

El jefe de Estado seguía recuperándose en Riad tras su salida a inicios de agosto del hospital militar saudí donde era atendido desde el 4 de junio por heridas y quemaduras.

Había aparecido por primera vez el 7 de julio, con el rostro quemado, cubierto de vendas.

Varios altos responsables del país, entre ellos el primer ministro, resultaron heridos en el ataque del palacio que causó 11 muertos.

Yemen está en “una encrucijada muy peligrosa y sensible”, dijo la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de la ONU, Navi Pillay, tras la ola de violencia que estalló el domingo cuando los pro-Saleh dispararon contra manifestantes en la capital.

Los enfrentamientos se agravaron luego entre unidades leales al jefe de Estado,
entre ellas la Guardia republicana comandada por su hijo mayor Ahmed, y la primera división blindada del general disidente Ali Mohsen al Ahmar, que adhirió a las protestas en marzo.

Saleh había encargado el 12 de septiembre a su vicepresidente, Abd Rabbo Mansur Hadi, negociar con la oposición la transferencia del poder según un proyecto elaborado por las monaquías del Golfo entre ellas Arabia Saudita.