(EFE).- El Gobierno de Cuba entregó hasta septiembre pasado más de 1,3 millones de hectáreas de tierra en usufructo de las cuales un 79 por ciento se encuentra en explotación y en su mayoría están a cargo de agricultores “individuales”.
El fondo de tierras ociosas de Cuba en 2008 se estimaba en más de 1.800.000 hectáreas, por lo que el diario oficial Granma resaltó hoy que las entregas en usufructo y el posterior índice de explotación “ha contribuido a revertir el desfavorable estado en que se encontraban muchos de esos terrenos”.
El director del Centro Nacional de Control de la Tierra, Pedro Olivera, informó al rotativo que en total se han adjudicado 1.313.396 hectáreas desde que en julio de 2008 el Gobierno del presidente Raúl Castro decretó las entregas en usufructo para reanimar la agricultura.
La medida forma parte del “reordenamiento” del sector agrícola incluido en el plan de reformas que impulsa el Gobierno, con el propósito de “actualizar” el modelo económico de la isla.
Según Granma, las tierras entregadas están fundamentalmente a cargo de 146.816 usufructuarios individuales, que representan el 97 por ciento del total de las solicitudes recibidas por el Gobierno.
Además subraya que de los nuevos agricultores un cuarto no tenía vínculo laboral anterior, un 13 por ciento eran jubilados, la tercera parte son jóvenes de entre 18 y 35 años de edad, y más de 13.000 son mujeres.
De ese modo el diario destacó que el nuevo sistema de usufructo en la isla no solo permite un incremento en la producción de alimentos sino que genera “importantes oportunidades de empleo”.
En agosto pasado el Gobierno cubano rebajó los precios de varios artículos agrícolas para estimular la producción de alimentos, en particular en las parcelas de usufructuarios.
Un mes antes, en julio, los medios oficiales informaron que se había retirado el derecho de explotación de las tierras recibidas a más de 9.000 personas por “deficiente aprovechamiento”.
Cuando apareció el decreto del régimen en usufructo en 2008, un 51 por ciento del total de la tierra cultivable de la isla se encontraba ociosa o mal explotada.
En Cuba, la reanimación de la agricultura para aumentar la producción de alimentos es considerada un asunto de “seguridad nacional” porque el país gasta más de 1.500 millones de dólares al año en importar el 80 por ciento de los víveres que consume.