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miércoles, 2 de noviembre de 2011

Aznar y Bush coinciden en que se mantenga “firmeza” frente al régimen cubano

(EFE).- El expresidente estadounidense George W. Bush y el expresidente del Gobierno español José María Aznar coincidieron en que debe mantenerse la “firmeza” frente al régimen cubano para avanzar hacia una “transición pacífica”, durante una mesa redonda celebrada en Dallas (EE UU).

En ese foro, celebrado este martes, se habló “del futuro de Cuba, de la firmeza con el régimen y del fracaso” de la política del Gobierno español para intentar suprimir la posición común de la Unión Europea sobre la isla, vigente desde 1996, explicó a Efe por teléfono desde Dallas el secretario general del Partido Popular Europeo (PPE), Antonio López Isturiz.

Con Aznar y Bush participaron en el debate los opositores cubanos Regis Iglesias Ramírez, Normando Hernández González y José Luis García Paneque, del llamado “Grupo de los 75″, condenados en 2003 y excarcelados el año pasado.

El régimen cubano “no está cambiando ni mucho menos y ha jugado con el Gobierno español”, dijo Isturiz, quien también intervino en el foro.

En su intervención, Aznar reclamó “libertad, democracia y un Estado de Derecho para Cuba”, según un comunicado difundido hoy por la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (Faes), presidida por él.

También resaltó que “Cuba necesita una transición pacífica a la democracia y ésta nunca llegará de la mano del apaciguamiento y la complacencia”.

Además de la Fundación George Bush, otras fundaciones vinculadas al Partido Republicano y varios ‘think tanks’ cercanos a la disidencia cubana en Florida participaron en la organización del foro, que también contó con el apoyo del PPE.

Según Isturiz, la organización de este acto se remonta a julio pasado, cuando el periódico estadounidense The Wall Street Journal, en un reportaje sobre la disidencia, dejaba en mal lugar el trato que estaban recibiendo en España los opositores cubanos que llegaron al país tras ser excarcelados.

Ante esto, Isturiz se puso en contacto con la Administración del presidente estadounidense, Barack Obama, y con el Partido Republicano para aclarar que los disidentes estaban siendo bien tratados por las autoridades españolas, aunque a su juicio el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero los ha “desatendido”.