Utilizando imágenes de resonancia magnética para estudiar el cerebro de 17 jóvenes que decían estar “recién y locamente enamorados”, la investigadora Lucy Brown, catedrática de neurociencia del Colegio de Medicina Albert Einstein de Nueva York, afirmó queenamorarse produce un efecto cerebral similar a una dosis de cocaína.
Brown observó que mirar la foto de la persona amada activaba tanto las neuronas del núcleo caudado como las del tegmento ventral, dos áreas cerebrales vinculadas al placer. Y comprobó que ambas áreas se inundaban de la hormona dopamina en el cerebro enamorado.
El resultado: una sensación muy similar al efecto que causan las drogas. Que, además, ayuda a que los enamorados se sienten cargados de energía, mucho más motivados y dispuestos a asumir riesgos.
Otro estudio del psicólogo Arthur Aron de la Universidad de Nueva York, señala que tener sensaciones agradables como, mantener relaciones sexuales, comer chocolate o consumir drogas, hace que la sangre produzca las hormonas oxitocina y vasopresina, que estimulan la formación del contacto emocional entre los enamorados.
Según Arthur Aron, la oxitocina aparece en los momentos de mirarse a los ojos durante un largo tiempo, de abrazarse o durante un acto sexual.
EFE