(AP) — La gente joven quiere su música, series de televisión y películas ya, sin demora, aunque ello signifique obtenerlas ilegalmente.
Una encuesta reciente de la Universidad de Columbia encontró, de hecho, que 70% de las personas entrevistadas de entre 18 y 29 años de edad dijeron que habían comprado, copiado o descargado música, series de TV o películas no autorizadas, en comparación con 46% de todos los adultos que han hecho lo mismo.
Con una actitud tan arraigada, ¿qué se puede hacer con respecto a la extendida piratería por internet?
Ciertamente las autoridades judiciales han ido tras infractores de la ley como estos, castigándolos con multas y, en algunos casos, incluso con prisión.
El Congreso está considerando controversiales iniciativas de ley contra la piratería que, entre otras cosas, prohibiría a motores de búsqueda conectarse a sitios de internet extranjeros acusados de violación a la ley de derechos de autor. Y existen litigios de poderosos medios de comunicación contra compañías de internet, de manera destacada la demanda multimillonaria de Viacom contra YouTube.
Pero existe un concepto radical a considerar: ¿qué pasa si la gente joven que roba contenido no fuera vista como el problema?
¿Qué pasa si ellos e intercesores por un acceso máximo a la Red pudieran persuadir a la industria de entretenimiento que dejen de sujetar con tanta fuerza su codiciado material protegido por los derechos de autor, justo lo opuesto a lo que la industria está tratando de hacer en este momento?
“El problema real no son las descargas ilegales de los piratas sino una falta de innovación por parte de los proveedores de contenido”, dijo Steven Budd, un estudiante de Derecho de la Universidad Drexel en Filadelfia.
Guste o no, así es como mucha gente de su generación ve la situación. Y algunos expertos piensan que están ganando influencia, mientras insisten sobre un acceso fácil a la música y otros contenidos en momentos en que el mundo de internet protesta ruidosamente contra una ley antipiratería que, dicen, impone injustamente la responsabilidad de vigilar a sitios piratas sobre motores de búsqueda y otros sitios.
“Hemos visto el surgimiento de un movimiento social real alrededor de esos asuntos”, dijo Joe Karaganis, vicepresidente de La Asamblea Estadounidense, un instituto de política pública en la Universidad de Columbia, el cual dirigió la encuesta reciente, financiada por una subvención de Google.
El está hablando, en parte, sobre “apagones” realizados por sitios populares de internet que incluyeron a Wikipedia, la enciclopedia en línea generada por los usuarios, y Reddit, sitio de noticias sociales. Con apoyo de Google, Facebook y Twitter, están protestando contra los propuestos proyectos de ley federales contra la piratería.
Pero he aquí la parte sorpresiva: mucha gente joven no espera necesariamente obtener películas, series de televisión y música gratuitamente.
“Pienso que la gente pagaría por este contenido si tuviera un precio razonable y estuviera disponible cuando quieren mirarlo”, dijo Srikant Mikkilineni, estudiante de Derecho de la Universidad Drake en Des Moines.
Al no querer estropear su historial en la Escuela de Derecho, Mikkilineni paga por la música, películas y programas de TV que descarga; pero lo hace a regañadientes. “En este momento, ellos quieren que paguemos muchas veces por el mismo contenido“, señaló, quejándose de que eso no es razonable.
Si él compra un DVD, por ejemplo, paga 15 dólares. Puede mirarlo en su computadora portátil, pero es ilegal que lo copie para mirarlo en su iPod o teléfono inteligente.
Mucha gente joven señala que el servicio iTunes de Apple en un modelo que podría ser copiado por otras compañías de entretenimiento.
“iTunes cambió el panorama de la música porque lo hizo mucho más conveniente y mucho más fácil que descargar música a través de métodos alternativos (incluso ilegales)”, señaló Matt Gardner, un estudiante de Tecnología de la Información en el Instituto Rochester de Tecnología en Nueva York.