“Cuando pensamos en el qué fue el 4 de febrero de 1992 la gente siempre alude a una fecha yallí es donde comienza el grave error de atribuirle a lo que llamaríamos la perspectiva histórica positivista: suma de hechos, de fechas, suma de acontecimientos, nombres, batallas y glorificación”.
Es simplemente un momento más de un proceso de conspiración que tiene 200 años de existencia. Es decir, la historia de Venezuela es la historia de una conspiración permanente, de la llamada independiente hasta el día de hoy es una sola y única conspiración”.
Esta descripción arroja el verdadero significado del 4 de febrero de 1992 para el investigador e historiador Agustín Blanco Muñoz.
Para él no hay una novedad para tal fecha, ya que el descubrimiento serían en las condiciones particulares que se produjo: precede un largo período de 40 años llamado puntofijista (1958-1998) que termina en un agotamiento económico, social y político.
“Una democracia que tiene problemas en todos los órdenes, porque en esa democracia, de los 40 años, no se puede decir que en ningún momento estuvo al margen de los grandes problemas, al punto de que no se logró lo que llamaríamos un país metido en la producción que no fuese más allá de la petrolera, de allí el agotamiento económico que a la hora del segundo gobierno de Carlos Andrés Pérez se vio en la necesidad de aceptar la propuesta del Fondo Monetario Internacional que significaba unas medidas de ajustes para intentar nivelar la economía venezolana, he allí cuando viene la gran protesta de la miseria acumulada, inconformidad y de la frustración que es lo que significa el 27 de febrero del 1989″, explicó como parte de los antecedentes del 92.
Y es que para Blanco Muñoz ese momento hay que retenerlo, porque es cuando se produce en Venezuela “el gran vacío”.
“Significa que quedamos sin instituciones, pasa a mejor vida los partidos políticos, ‘la gente no cree en nadie’, es realmente un momento único en Venezuela, es algo alarmante lo que ocurre en el 89. Por supuesto que ante las medidas económicas que se producen ese día (con los estallidos) el Gobierno no tuvo otra alternativa sino de enfrentar el levantamiento a balas y fuego, es la masacre que te deja por lo menos unos 2000 muertos, el llamado Caracazo o Sacudón”, recordó.
Consideró que para ese momento ya estaba “tanteada” una conspiración que viene gestándose desde 1980: “Tiene 8 ó 9 años y entiende que es un territorio abonado para crecer en su avance y es lo que va a ocurrir. Esta gente (Hugo Chávez, Francisco Arias Cárdenas, Yoel Acosta Chirinos y Jesús Urdaneta) ahora entienden que son los herederos de la protesta del 27 de febrero y amplían sus acciones, unas acciones que van a conformarse más abiertamente para el año 91. Lo que tenemos es un movimiento de individuos que fueron juntando sus aspiraciones y ambiciones para producir un levantamiento que se presentó al principio cívico-militar pero termina siendo netamente militar”.
Hablemos de Chávez, sus inicios y pretenciones: “Un conspirador”
“Tenemos es eso, un conspirador. Entonces ¿De dónde y cómo nace ese conspirador? Tenemos un individuo que entra en la academia militar en 1970, tiene 16 años, viene de Barinas, no pudo ingresar de forma directa, ingresa por vía excepción ¿Por qué? Exigen bachillerato y él todavía no tiene el título, ni comprobante, tiene materias aplazadas, allí por esa vía, que nunca nadie se lo ha explicado, lo admiten ¡Vaya usted a saber!. Él dice que fue porque era una gloria en beisbol pero sus compañeros lo desmienten”, dijo el profesor.
¿Qué ocurre allí?
“Ya un elemento de suspenso, ingresa con materias aplazadas pero, apenas ingresa a los 2 ó 3 meses escribe en su diario: ‘Aquí estoy en la Academia Militar, mientras allá en mi pueblo, en Sabaneta, mis compañeros andarán echando broma con sus novias, divirtiéndose, pero yo estoy aquí formándome para cumplir tareas trascendentes en el futuro’. Interesante con 16 añitos, se está formando para cumplir actividades trascendentes en el país, queda allí, queda allí”.
“En el 74, cuando ahora si es deportista, los llevan a Cumaná a los juegos intermilitares, cuando están en el Aeropuerto él ve bajar al Presidente del avión y escribe en su diario otra vez: ‘Algún día quisiera ser como él, le tengo una profunda admiración, quisiera tener la posibilidad de dirigir los destinos del país como lo está haciendo’. 20 añitos y ya quiere ser Presidente. En el 77 nuevamente escribe: ‘Tengo que lograrlo, sé que puedo conseguirlo, debo esforzarme mucha más y ya’. Solo, un individuo solo, que venga de Sabaneta no se plantea objetivos de esa naturaleza, debe haber algo detrás que te impulsa”, aseveró el historiador.
Sin embargo, en el año 1991 ocurren varios eventos en donde, según Blanco Muñoz, descubren a Chávez de una conspiración: “Peñalosa lo acusa directamente de estar conspirando, nadie entiende esto, ya en 3 oportunidades anteriores ha sido delatado como conspirador de otros eventos, nadie le para a eso”.
Un golpe permitido: “Todo el mundo sabía de la conspiración del 4F”
En ese sentido, para el profesor de la UCV el 4 de febrero fue una conspiración que todo el mundo conocía y que nadie lo puede entender.
“Aquí en la Central (UCV), en esta oficina, frecuentaba Bandera Roja y la Causa R, cualquiera de ellos nos daba el informe de cómo estaba el movimiento conspirativo, sabíamos todo con nombre y apellido, ahora bien, cuando yo le digo al Presidente ‘mira Hugo este es un movimiento que todo el mundo conocía, todo el mundo sabía esta conspiración, menos el Gobierno ¿Cómo es esto?’. Allí elaboro la tesis de que los cómplices son permitidos. En ese 91 todo era un hervidero ¡Nosotros lo sabíamos todo pero los organismos de seguridad del Estado no lo sabían! Yo le dije a CAP, ‘Presidente pero cómo se explica esto, esto es una complicidad permitida’, se calentó. ‘Eran problemas con los organismos de inteligencia’ me respondió”, relató.
Blanco Muñoz explicó que en su conversación con el presidente Chávez éste le confesó que todo el Golpe de Estado se basaba en un componente “que era apresar a CAP a su llegada de Davos, pero no es apresado ni en Maiquetía ni en el túnel subiendo a Caracas”.
“Es recibido por Ochoa Antich, que venía de Maracaibo(…), lo recibe y le da la novedad de que hay rumores de conspiración, el Presidente le dice que no quiere hablar de eso en ese momento, que se le presente en su despacho al día siguiente en la mañana. El Presidente se queda en La Casona. Reciben la llamada de Pastor Heydra que desde Maracaibo ha llamado al Ministro y al Presidente y les informa que hay un golpe ¿Y cómo se sabe la información? Un oficial del ejército el día 3 en la mañana se presentó ante sus superiores y le contó del plan el cual él tenía conocimiento, no pasa nada”.
Es por tal motivo que para Blanco Muñoz el golpe estaba delatado y se le dejó avanzar.
“¡Esto es un Golpe nunca visto! En donde todas las fuerzas gubernamentales lo ignoraban y todas las fuerzas de la calle lo sabían. Mientras más se investiga el 4 de febrero menos se conoce, por eso la hipótesis de un Golpe permitido”, consideró.
El momento de la detención de Chávez: “Por ahora”
“Nunca me pude explicar la conducta de Ochoa Antich, porque los dos hombres que están, que él envía a negociar con Chávez, son Santaliz y Altuve Fébres. Él no puede ser tan ingenuo para saber que Santaliz fue un hombre del 4 de febrero y para saber que ellos estaban al lado de Chávez”, sostuvo.
De esta forma, contó el investigador que “ellos trasladan a Chávez después de la negociación en el Museo Militar. Lo montan en el Jeep y desde la Planicie hasta el Fuerte Tiuna demoran más de 2 horas. Y es que, narran ellos, tuvieron que dar vueltas por Caracas porque supuestamente un grupo de la Disip estaba dispuesto a matar a Chávez y para salvarlo hicieron el recorrido. Entonces, los tres personajes, el preso que no es preso, porque está inclusive con sus armas que las entrega cuando llega al Fuerte Tiuna, se presenta con el Ministro y éste le dice: ‘Chico aquí tienes mi celular para que te comuniques con tu familia y le digas que estás bien’ Y empieza el golpista a llamar. Por supuesto ya ha pasado su llamado a la rendición, capitulo preparado por Santaliz. Hugo me dice que él ni remotamente supo cuando dijo ‘por ahora’, fue algo completamente espontáneo”.
“Se encontraba en el Ministerio (en donde dice Hugo que estaba muy afligido) y llegó Santaliz y le dijo: ‘qué te pasa carajito, estuviste brillante’. Chávez le dice: ‘En serio en serio, pero lo que dije fue una cuestión como derrotista’, ‘Cómo que derrotista si lo que dijiste fue por ahora, derrotados por ahora, eso fue lo mejor que pudiste decir’”.
Es allí donde comienza para Blanco Muñoz la épica a través de una expresión que da la medida del vacío de 1989 que “ni siquiera un discurso político y una expresión tan tonta y hueca llena, y hace posible una historia, la historia ‘por ahora’, vea usted el enorme vacío en el que estamos”.
El papel de Rafael Caldera: “Da un notable espaldarazo”
Cuenta que esa misma tarde en el Congreso de produce una sesión con la intervención de Rafael Caldera y Aristóbulo Istúriz.
“Recuerde usted que Caldera dijo: ‘No se le puede pedir a un pueblo decepcionado que salga a defender una democracia’. Entonces le da un espaldarazo al golpista”.
¿Cómo y por qué?
“Porque simplemente era un hombre de la conspiración junto a Arturo Uslar Pietri, es notable”.
¿Por qué?
“Son dolientes de los liquidados de los años 45. Ahora viene la venganza contra los adecos que la va a encarnar CAP”.
Están allí “estos hombres que actúan contra Pérez y se juntan con estos golpistas encabezados por Hugo Chávez. Esa unidad va a hacer fructífera porque permite que Caldera le proponga la sucesión presidencial”, señaló.
“Le manda una comitiva a Yare para que le ofrezca la candidatura con la condición de que salga de allá hablando bien del Gobierno, que él decidiera mientras llegaba a la carrera presidencial”, y así fue hasta pasar 13 años de mandato.
¿Qué nos espera a los 20 años del 4F?
“Estamos viviendo lo que se llama un tiempo 4 de febrero que es un tiempo golpista, aquí todo está regido por el golpismo, la cuestión electoral es golpista, lo económico es golpista, la inflación es golpista, la administración del Gobierno es golpista”, alega el historiador.
Para él, el golpismo del 4 de febrero se convirtió en “el golpismo de la abstención, luego candidatural y luego golpismo presidencial, por eso no ha cesado de dar uno y otro golpeconvirtiéndose en un tirano”.
¿Qué nos espera más adelante?
“Nos esperan tiempos muy duros (…), el escenario del agotamiento de la llamada Revolución pasa porque aquí se puedan crear fuerzas distintas de las dos minorías; una minoría gubernamental de 25%, las oposiciones de 25% pero hay un fenómeno que no se quiere estudiar que es el 50% que no quiere saber nada ni con uno ni con otro. Es un juego de minorías. La única posibilidad de cambio está en la mayoría y estaría en el proceso de concientización para crear una nueva realidad venezolana”, concluyó.
Por Daniela Nieves Lugo /Noticias24.