La Policía colombiana se vio frente a una inusual cantidad de botellas de gaseosa durante un operativo en el departamento de Nariño. A simple vista no había ninguna irregularidad, pero el lugar que estaban pisando era un escondite usado por la guerrilla para camuflar droga.
Sin preverlo, habían descubierto una nueva modalidad para el tráfico de estupefacientes en pequeña escala, destinados principalmente al consumo interno en ciudades de la Costa Pacífica colombiana.
Las autoridades habían llegado hasta un campamento guerrillero donde hallaron insumos químicos para el procesamiento de cocaína y muchas botellas de gaseosa.
“Los recipientes, acondicionados con un sistema de suspensión basado en residuos de tubería de PVC detrás de la etiqueta, contenían un total de 14 kilos de la sustancia valuada en más de 30 millones de pesos, y que al ser sometida a las pruebas de laboratorio confirmó el positivo para base de coca”, señalaron fuentes de la Policía al diario colombiano El Espectador.
Según las primeras investigaciones policiales, el laboratorio como los alucinógenos pertenecían a la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN), la cual con el propósito de fortalecer su aparato financiero, estaría patrocinando actividades de narcomenudeo en Cali, Pasto, Popayán y varios municipios de esa región.
En lo que va del 2012, en Colombia se han registrado 109 allanamientos, en los que se incautaron 1,3 millones de dosis de droga, informa el Gobierno de ese país.
AND
