El coordinador económico de la Unidad Técnica de la Unidad, Ronald Balza afirma “no es el capitalismo, ni la especulación, ni los lejanos gobiernos del siglo XX, ni la crisis política de 2002-2003 la causa de la inflación que sufrimos en 2012, y que por ello los controles de precios son inútiles en la lucha contra la inflación”. Además consideró que provocan escasez y, en casos graves, destruyen capacidad de producción y deterioran su calidad.
“La Ley de Costos y Precios Justos hace más severos controles que claramente han sido ineficaces e inútiles para contener la inflación. Entre 1999 y 2002, en ausencia de controles de este tipo, la tasa interanual promedio fue de 19,2%, mientras que, entre 2003 y 2012, en presencia de controles cada vez más rígidos, la tasa interanual promedio fue de 23,9%.”, puntualizó.
Balza recordó que tras la eliminación del control vigente entre 1994 y 1996 la inflación alcanzó en un año 103,2%, lo que calificó como evidencia de que los controles, en lugar de eliminar la inflación la represan, haciendo que su eliminación súbita tenga efectos inmediatamente empobrecedores.
“Sin embargo, durante este período (1994-1996) la tasa comenzó a caer desde 37,6% en 1997 hasta 12,3% en 2001. Esta cifra, alcanzada mientras se mantuvo el régimen de bandas cambiarias y una disciplina fiscal relativa establecidos en 1996, no se ha registrado nunca más desde entonces. Los controles de precios no han logrado dicho resultado en 9 años, a pesar de sucesivos endurecimientos que pretenden castigar a presuntos especuladores”, explicó el coordinador de la Unidad.
Por otra parte, Balza explicó que el masivo ingreso de divisas que ha registrado desde 2003, gracias a los elevados precios del petróleo, permitió al gobierno “disponer de abultados presupuestos, e incluso de fondos extrapresupuestarios masivo”, lo que descalifica el argumento que usa el actual régimen para atribuir a los conflictos políticos de 2002 y 2003 la pérdida de control sobre la inflación.
“En el FONDEN, por ejemplo, el Ejecutivo ha depositado (y utilizado) cuatro veces lo que, según el gobierno, se perdió durante aquellos conflictos. Así que no puede atribuirse la persistencia de la inflación a tales eventos, o al salto en el nivel de precios registrado al eliminar los controles de precios en 1989 y 1996”, denunció.
Para el especialista, sostener que la inflación es un mal del capitalismo, contradice la experiencia histórica de Venezuela, teniendo en cuenta que este es uno de los pocos países del mundo que tiene un gobierno que pretende acabar con el capitalismo, y el que reporta la mayor tasa de inflación registrada por el Banco Mundial.
Balza concluyó, subrayando que el próximo gobierno debe “desmontar gradual y decididamente estos mecanismos destructivos, procurando evaluar con cuidado sus vinculaciones cambiarias y financieras, teniendo siempre como meta la protección de los más vulnerables mientras se desarrolle un proceso indispensable para bien de los consumidores y los trabajadores venezolanos”.
NOTA DE PRENSA