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jueves, 5 de abril de 2012

Carta del jubilado griego: “Pongo fin a mi vida para no tener que hurgar en la basura para subsistir”

 Estas son las últimas palabras de Dimitris Christoulas, el jubilado de 77 años que este miércoles ponía fin a su vida pegándose un tiro ante el Parlamento griego, agobiado por las dificultades económicas por las que atravesaba.

“El Gobierno de Tsolakoglou ha aniquilado toda posibilidad de supervivencia para mí, que se basaba en una pensión muy digna que yo había pagado por mi cuenta sin ninguna ayuda del Estado durante 35 años. Y dado que mi avanzada edad no me permite reaccionar de otra forma (aunque si un compatriota griego cogiera un kalashnikov, yo le apoyaría) no veo otra solución que poner fin a mi vida de esta forma digna para no tener que terminar hurgando en los contenedores de basura para poder subsistir. Creo que los jóvenes sin futuro cogerán algún día las armas y colgarán boca abajo a los traidores de este país en la plaza Syntagma, como los italianos hicieron con Mussollini en 1945″.

En su carta de suicidio habla del Gobierno de Tsolakoglou, primer ministro colaboracionista que gobernó el país durante la ocupación por los nazis, en clara referencia al actual Gobierno de Lucas Papademos.

Christoulas era un jubilado enfermo de cáncer, casado y con una hija que había vendido la farmacia que regentaba en 1994 y que, por lo que explica en su carta, vivía de una pensión que él mismo había pagado “sin ninguna ayuda del Estado”.

“La carta manuscrita dejada por mi padre lo dice todo. Él dejó dos cartas, una en casa y otra que llevaba consigo cuando se suicidió con el mismo contenido”, revela su hija Emily Christoulas al diario griego ‘Protothema’.

La muerte de Dimitris es la gota para rebosar el vaso de un país agónico. Las pensiones de jubilación se han recortado desde el inicio de las medidas de austeridad del Gobierno en 2010 alrededor de un 15 %, además de otros complementos, mientras que las de más de 1.200 euros han experimentado un tijeretazo adicional del 20%.

 

Con información de www.elmundo.es