En sus primeras declaraciones a los medios de comunicación tras 14 años secuestrados por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), seis de los funcionarios liberados manifestaron su agradecimiento a la Policía Nacional, a Colombianos y Colombianas por la paz y a los medios de comunicación. Además, aprovecharon la oportunidad para contar su experiencia durante el cautiverio y el operativo de liberación.
"Fueron más largos los días después de recibir la notificación de que seríamos libres que desde que estábamos allí", aseguró el sargento primero, José Libardo Forero.
Por su parte, el intendente jefe de la policía, Carlos José Duarte, comentó cuál fue el momento más duro para él en todo este tiempo: "Algo de lo más insólito fue sentir el asedio de la tropa cuando uno pertenece a las instituciones. Sentir el asedio de los aviones y tener que huir es demasiado duro; saber que en determinado momento podíamos morir en un bombardeo o porque las tropas estuvieran cerca de donde nos encontramos y por poquito y nos asaltan".
Duarte destacó que cuando cayeron en cautiverio la guerrilla mostraba fuerza, pero hoy día está debilitada. "La guerrilla tiene problemas. Antes durábamos ocho, nueve meses, un año o dos en un campamento. Hoy no se puede más de dos días. Hay pánico total. La guerrilla está debilitada. Tiene problemas, pero no está derrotada", aseveró el intendente, quien agregó que desde 2004 estuvieron todos los funcionarios juntos.
El también intendente, José Humberto Romero, comentó que el momento más crítico para él fue cuando hubo una fuga de un sargento y un intendente y la reacción de la guerrilla fue tenderlos al piso y amenazarlos con fusilarlos por cómplices.
El intendente en jefe, Wilson Ramos Medina, señaló que no puede hablar de un momento crítico porque todo el día corrían peligro, sobre todo cuando había bombardeos.
Romero comentó que el momento de la despedida tras 14 años de secuestro fue "normal" y estuvo enmarcado por el respeto. "Fue un momento de decir hasta luego, no más", dijo.
Uno de los liberados que trajo de la selva un cochinito, señaló que tuvo que dejarlo en Villavicencio, pero sigue atento de su cuidado. "Tengo que llamar al compañero a quien se lo dejé, porque se quedó conmigo la camita y el perol donde le ponía la comida", dijo.
Añadió que es un cerdo de selva, por lo que su naturaleza es rebelde. "Una vez me mordió por tratar de acariciarlo, estaba preocupado, porque esa vaina no se curaba con nada", acotó.
Aseguró que el animalito "es muy entendido". Contó que dormía con él y lo orinó varias veces
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