“Estuve toda la noche (del lunes) siguiendo las imágenes, las noticias que llegaban. Ha sido muy emocionante para mí y para toda la familia mía”, dijo Betancourt, que fue rescatada el 2 de julio de 2008 en un operativo militar que también llevó a la libertad a tres estadounidenses y a once policías y militares colombianos.
Betancourt, quien tiene la nacionalidad francesa por su primer matrimonio, había sido secuestrada por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc, comunista) el 23 de febrero de 2002 cuando hacía campaña por la presidencia de Colombia.
Sobre los seis policías y cuatro militares entregados unilateralmente el lunes por las Farc tras 12 y 13 años de secuestro, dijo que los encontró “más envejecidos de cuando los vi la última vez en cautiverio”.
Al destacar que están “más flacos”, dijo que siente que “han pasado los cuatro, cinco, casi seis años de la última vez que nos cruzamos en las marchas” a las que los guerrilleros obligaban a los rehenes para trasladarlos de un lugar a otro en medio de la selva.
“Pero también los vi llenos de una luz interna y de una felicidad que me emocionó muchísimo. Es decir, fue un momento muy impactante para mí observarlos en su felicidad”.
Betancourt, quien después de su rescate ha vivido entre París y Nueva York, indicó que basada en su experiencia sabe que en las primeras 24 horas de libertad las cosas que ocurren quedan borradas por las emociones del reencuentro con la familia.
“El primer choque es pasar de una vida en la que uno era un objeto que no lo dejaban hablar con nadie a ser el centro de atención donde todo el mundo quiere hablar con uno, entonces son momentos de mucha tensión”, refirió Betancourt quien le recomendó a los diez exrehenes que “se gocen su libertad, que disfruten cada instante y que se den gusto”.
Las FARC, fundadas en 1964, son la principal guerrilla de Colombia, con unos 9.200 combatientes, según cifras del ministerio de la Defensa.
En febrero pasado, esa guerrilla, que llegó a tener centenares de rehenes, anunció la liberación de los últimos 10 uniformados en cautiverio, entregados el lunes a una misión humanitaria, y su renuncia al secuestro de civiles.
