EFE).- El expresidente cubano Fidel Castro sabía que al mandatario de EE UU John F. Kennedy le disparían en Dallas (Texas) el 22 de noviembre de 1963, según revela Brian Latell, un antiguo analista de la CIA experto en Cuba, en su libro “Castro’s Secretes. The CIA and Cuba’s Intelligence Machine”.
“Durante más de 49 años Fidel Castro ha mentido, sin lugar a dudas, sobre lo que sabía del asesinato del presidente Kennedy”, aseguró hoy Latell durante la presentación de su libro en el centro conservador Heritage Foundation en Washington.
Latell, ya retirado, que fue jefe de la Oficina Nacional de Inteligencia para América Latina de la CIA entre 1990-1994 y ha seguido a Castro desde los años sesenta, aseguró que “Fidel sabía que iba a haber un tiroteo en Texas”.
Horas antes del suceso, el joven agente cubano Florentino Aspillaga, encargado de interceptar desde la isla las comunicaciones por radio de la gran estación de la CIA en Miami y vigilar el movimiento de barcos de la CIA que pudieran realizar operaciones clandestinas contra Castro, recibió una orden poco usual.
“Detén todos tus esfuerzos contra la CIA y centra todos tus equipos, antenas y atención en Texas”, dijo Latell que le contó el propio Aspillaga, que desertó en 1987 y en 2007 aceptó ser entrevistado por el exanalista para contar su historia.
También le contó, según Latell, que el régimen también tenía información de Lee Harvey Oswald, que perpetró el tiroteo.“Ellos lo sabían. Fidel lo sabía”, aseguró a Latell Aspillaga, que llegó a ser responsable de los servicios secretos cubanos.
Oswald, comunista simpatizante del régimen cubano, visitó en septiembre de 1963 Cuba con la intención de luchar por el “tío Fidel”, como le llamaba.
No hay evidencia de que el asesino colaborara con los servicios de inteligencia cubanos, pero aun así las autoridades ocultaron lo que sabían de Oswald “por miedo”, según el autor.
En la época de Kennedy ambos mandatarios eran enemigos acérrimos y Castro pensó que Washington culparía a La Habana del asesinato y trataría de invadir la isla en represalia por el magnicidio, según recogen documentos desclasificados de la época.
“Él sabía que iban a disparar a Kennedy aquella mañana en Dallas, y sabía que iba a ser Lee Harvey Oswald, quien iba a perpetrar el tiroteo y por eso mintió, para salvar su propio cuello”, aseguró Latell.
El exanalista reconoció que Estados Unidos “subestimó” la potencia de los servicios secretos cubanos en aquella época, que realizaron algunas operaciones “muy sofisticadas” que incluían casi medio centenar de dobles espías.El autor ha contrastado las revelaciones de Aspillaga con entrevistas a más de 60 agentes de la CIA, del FBI y algunos del Gobierno, la mayoría retirados, así como cerca de 50.000 documentos desclasificados disponibles en los Archivos Nacionales.
Latell asegura también que Fidel Castro era la cabeza de los servicios de espionaje y él mismo supervisaba determinadas operaciones y elegía personalmente a los agentes para ejecutarlas.
“No hay ningún otro jefe de Estado que haya hecho esto”, aseguró, mencionando como ejemplo reuniones personales que Castro mantuvo con dobles agentes estadounidenses que pasaron información a Cuba.
Ese fue el caso de Ana Montes, arrestada en EE.UU. en 2001, que trabajaba para el Pentágono y fue condenada a 25 años de cárcel, y el de Walter Kendall Myers, exfuncionario del Departamento de Estado, que fue arrestado en 2009 junto con su esposa, Gwendolyn, ambos septuagenarios, que admitieron haber espiando para Cuba durante 30 años.
“A Fidel le encanta tener este tipo de encuentros con sus mejores espías” como forma de mantenerse informado y de tener contentos a sus topos porque “idolatraban a Fidel”.
“Era y es un conspirador nato”, aseguró Latell.