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miércoles, 30 de mayo de 2012

Ivory wave: La droga que desata el canibalismo


Ivory wave: La droga que desata el canibalismo
Ruby Eugene, el ‘caníbal de Miami’, actuó bajo los efectos del ivory wave (onda de marfil), una sustancia que frecuentemente provoca reacciones extremas, según las autoridades estadounidenses. 


Esta droga se vende como ‘sales de baño’ y hasta tiene un sitio web propio, en el que la comercializan y la reparten a todo el mundo, presentándola como productos para darse un baño relajante.

"Son distribuidos en pequeños paquetes (como los de las sales de baño), en tabletas o, incluso, en cápsulas, y etiquetadas como no aptas para consumo humano. Así buscan sortear las barreras legales contra el tráfico de drogas", afirmó Mark Ryan, experto en drogas sintéticas del Louisiana Poison Center, consultado por Infobae América. 

Si bien, el caso del ‘caníbal de Miami’ todavía horroriza al mundo, y ha dejado a un indigente irreconocible y en estado crítico, hay otras historias muy sorprendentes que se suceden tras el consumo del Ivory wave.

"Recientemente se registró un caso en el que un hombre intentó remover el radar de un auto de policía con los dientes. Muchas de estas personas (como el caníbal), por alguna extraña razón, son encontradas totalmente desnudas, y no sabemos si tiene que ver con los efectos psicóticos que generan las drogas o se relaciona con que sus propiedades estimulantes hacen subir la temperatura del cuerpo", contó el médico estadounidense.

El Ivory wave entró en circulación a mediados de 2010 y, desde ese momento, su consumo ha ido en ascenso, principalmente en los Estados Unidos y en algunos países europeos. Se aspira o se consume por vía oral. La mefradona es un claro antecedente, aunque por los terribles efectos que causa en el organismo y en la conducta fue rápidamente prohibida.

Las también conocidas ‘sales de baño’ todavía son legales en la mayor parte del mundo, y aunque todavía no se ha estudiado a profundidad, sus efectos son altamente drásticos.

En el caso del caníbal, el exceso que se verificó en su caso, según Ryan, puede verificarse en exacerbadas reacciones como por ejemplo, que ni se inmutara cuando el policía le disparó en la pierna con la intención de evitar que asesinara a su víctima. 

"Vimos ese tipo de comportamientos con otras drogas también. En casos de intoxicación extrema, las funciones del cuerpo no responden normalmente, como la posibilidad de experimentar dolor o tener otras sensaciones. En esos casos, a una persona se le puede romper un hueso sin que lo sienta y puede actuar como si nada le hubiera ocurrido", señaló el investigador.