Las estadísticas acaban de suministrar una de las escasas buenas noticias de los últimos meses. Entre enero y marzo, el PIB de la zona euro se ha mantenido en el mismo nivel que en el trimestre final de 2011, cuando todos los pronósticos apuntaban a otro retroceso, como el que ya experimentó en aquel periodo (-0,3%). Un crecimiento nulo no es gran cosa, pero sí suficiente para esquivar por los pelos la recesión, que -en su definición estadística más extendida-, exige enlazar dos trimestres en negativo. Una agradable sorpresa protagonizada, casi en exclusiva, por la recuperación de la economía alemana, que pulverizó todas las previsiones. El crecimiento francés sigue en suspenso. Y España e Italia, en marcha atrás.
El goteo de estimaciones se abrió a primera hora de la mañana con un comunicado de la oficina estadística alemana. Destatis informó de que el PIB de la primera economía de la zona euro había avanzado un 0,5% en el primer trimestre. Un crecimiento inesperado por su vigor, que no solo alejaba la recesión de Alemania –el descenso del PIB alemán en un 0,2% al cierre de 2011 queda así como un tropezón aislado-, sino que abría la puerta a que la zona euro evitara otro retroceso, como luego ha confirmado Eurostat.
Lo que es menos sorprendente es que sea Alemania la economía de la zona euro donde se acumulan las buenas noticias. Salvo en lo peor de la Gran Recesión, en 2009, cuando el comercio internacional se desplomó, la economía alemana ha vadeado mucho mejor la crisis que el resto de las grandes economías europeas. La contención salarial y la primacía de su industria le han permitido aprovechar del tirón de las economías emergentes. A la fortaleza del sector exterior suma unas cuentas públicas bajo control, que le han eximido de los peores efectos de la extrema austeridad fiscal que el Gobierno alemán receta a sus socios europeos. Ahora, la recuperación del poder adquisitivo en algunos colectivos de trabajadores propicia incluso una mejora de la demanda interna.Para hacerse una idea de lo inesperado del crecimiento alemán basta echar un vistazo a las previsiones más recientes: ayer mismo, la predicción media de varios expertos consultado por Bloomberg vaticinaba un escuálido avance del 0,1%; hace apenas una semana, la Comisión Europea creía que el PIB alemán reflejaría un estancamiento, no un incremento del 0,5%. Destatis no fue muy específica al explicar las causas del sorprendente comportamiento de la economía alemana: solo destacó que la demanda interna y las exportaciones habían compensado la debilidad de la inversión empresarial.
La crisis es, cada vez, más una historia de contrastes: el renqueante avance de los países avanzados palidece frente al notable crecimiento de los emergentes; el ritmo que marca Estados Unidos (+0,5% en el primer trimestre) deja en evidencia a la zona euro. Y en los Diecisiete, la potencia de locomotora alemana, que concentra un 27% del PIB del euro, se basta para compensar los malos resultados de buena parte del área.
Según Eurostat, al menos un tercio de los países del euro –no se han suministrado estimaciones para todos los países- siguen en recesión. Francia, la segunda economía del área, está estancada. Como estaba previsto, Italia (-0,8%) y España (-0,3%) sufren los efectos de los ajustes presupuestarios y de la desconfianza de los mercados, que congelan el crédito y la inversión. En Italia, fue la industria exportadora la que se llevó el peor golpe. En España, el mercado laboral es la medida de todo lo mal que van las cosas. Y del contraste: con una tasa de paro superior al 24%, aún se perdieron un 4% de empleos respecto al arranque de 2011. En Alemania, con el paro en mínimos históricos (y una proporción de empleo precario notable), aumentó un 1,5% el número de puestos de trabajo.
Este primer avance estadístico confirma que Holanda, dentro de la zona euro, y Reino Unido, en la UE, sí están en recesión. Y apunta también alguna otra sorpresa positiva: Bélgica registró un crecimiento del 0,3%, algo que tampoco estaba en el radar de los expertos. Más llamativo aún es la mejora del PIB portugués. La Comisión Europea anticipaba, hace menos de una semana, un decrecimiento trimestral del 1%, cuando apenas se ha dejado un 0,1%, la décima parte. Portugal (e Irlanda, de la que no se ha suministrado una estimación aún) estaría así a punto de salir de la recesión, tras año y medio en retroceso. No es el caso, ni por asomo, de Grecia, el tercero de los países rescatados por la zona euro. Y el que concentra otra vez los focos de la preocupación de los líderes de la zona euro.
EL PAIS