Reuters) El Consejo de Estado nombrado por el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, no evalúa un escenario de transición de Gobierno, debido a los problemas de salud que aquejan al mandatario a cinco meses de las elecciones generales, dijo uno de sus integrantes.
La oposición ha señalado la necesidad de armar un esquema de sucesión debido a los frecuentes viajes de Chávez a Cuba para recuperarse de un cáncer en la zona pélvica contra el que lucha desde hace casi un año.
Y la designación de un consejo asesor la semana pasada por parte del líder venezolano fue leída por algunos analistas como la creación de una instancia que respalde el rol del ejecutivo en caso de ausencia del mandatario.
“No creo que esto tenga nada que ver con un Gobierno de transición, no nos han planteado absolutamente nada en ese sentido”, apuntó Luis Britto, uno de los nueve miembros titulares del Consejo de Estado, que estaba delineado en la constitución de 1999.
“La oposición está planteando un Gobierno de transición desde el 2001. Son ellos los que están obsesionados con un Gobierno de transición“, dijo el escritor, quien también es abogado, periodista y buzo.
El polifacético intelectual se refiere a lo sucedido en abril del 2002, cuando Chávez fue apartado del poder por dos días en los que la oposición estableció un Gobierno de facto.
“No vamos a tomar decisiones a través del voto sobre cuestiones de la vida pública; no tenemos poder para tomar decisiones administrativas, ni sancionar leyes“, explicó Britto.En su apacible hogar en una zona acomodada de Caracas, el cercano colaborador de Chávez explicó que el ente del que forma parte es sólo un órgano de consulta.
La Constitución aprobada por Chávez en 1999 sostiene que el consejo “sólo debe recomendar políticas de interés nacional en aquellos asuntos a los que el Presidente reconozca de especial trascendencia”.
Pero la entrada en funciones de un organismo integrado por figuras cercanas al mandatario ha sembrado dudas acerca de su potencial rol en el futuro.
“El presidente ha querido crear una especie de consejeros revolucionarios (…) personas que en determinado momento puedan acompañar y dar soporte al vicepresidente en caso de que el presidente no estuviese“, dijo el abogado constitucionalista Juan Raffalli a Reuters.
Britto, de 71 años, se acercó a las ideas izquierdistas que comparte con el mandatario luego de estudiar ciencias sociales en París.
Muchos países de Latinoamérica cuentan con Consejos de Estado, pero el venezolano, según Britto, tendría atribuciones similares al que funciona actualmente en España, de carácter consultivo.
Salida de la Cidh
La primera tarea que le encomendó Chávez al cuerpo es un estudio para retirarse de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (Cidh), organismo al que ha venido criticando desde el breve golpe en su contra por considerar que está supeditado a los intereses de Estados Unidos, su enemigo ideológico.
El militar retirado de 57 años, que lleva casi un año luchando contra el cáncer, llegó incluso a decir que “un corte de cabello vale más” que la Cidh.
La Cidh, con sede en Washington, es junto a la Corte Interamericana de Derechos Humanos uno de los dos sistemas de protección pertenecientes a la Organización de Estados Americanos (OEA) y su primer directivo fue el escritor y presidente venezolano Rómulo Gallegos.
En años recientes países como Perú han manifestado su descontento con el accionar de la Comisión y han amenazado con retirarse como lo hizo Trinidad y Tobago en 1998. Estados Unidos, Canadá y Cuba no forman parte de esta instancia.
“¿Acaso un afrodescendiente va a un tribunal del Ku Klux Klan, o un hebreo ante uno del partido nazi? El prejuicio evidente descalifica al juez”, se preguntó Britto, quien prefiere definirse como “explorador submarino”, recordando que, años atrás, descubrió varios galeones en el mar Caribe buceando a pulmón.“La Cidh tiene una actitud eminentemente prejuiciosa sobre Venezuela”, dijo Britto, autor de más de 60 libros sobre piratas y corsarios, música, política, medios y posmodernismo y ganador del prestigioso premio Casa de las Américas por partida doble.
A mediados de la semana, la Asamblea Nacional aprobó el retiro de Venezuela de la Cidh. El paso siguiente es que el canciller Nicolás Maduro denuncie el pacto de San José, carta constitutiva de la Cidh.
Sin embargo, diversos juristas consideran que para dejar la Cidh Venezuela tendría que retirarse primero de la OEA.
Opositores han levantado su voz de protesta y han reclamado que el país petrolero quedaría “aislado” y vulnerable ante los inminentes peligros de violaciones masivas de los derechos humanos en un eventual escenario de inestabilidad política por la frágil salud de Chávez.
Por: Diego Oré