El suspendido presidente rumano Traian Basescu superó una tentativa de destitución, pese a la masiva desaprobación de los votantes, lo cual indica que persistirá la tensión política con la mayoría de centro-izquierda, estimaron este lunes los analistas.
Según resultados oficiales anunciados el lunes por la Oficina Electoral Central (BEC), concernientes a más de 97% de las oficinas de voto, el índice de participación en el referendo de destitución llegó a 46% de los inscritos, por debajo del 50% exigido para validar la consulta.
Más de 87% de los que votaron aprobaron la destitución.
No obstante, la invalidación del referendo hace presagiar la persistencia de la agitada cohabitación entre el presidente de centro-derecha y la Unión social liberal (USL, mayoría de centro-izquierda) dirigida por el primer ministro Victor Ponta, estiman los analistas. Los primeros lances entre los dos hombres políticos no se hicieron esperar.
"De un punto de vista político Traian Basescu ya no existe, fue destituido", declaró Ponta, evocando una "ruptura entre Basescu y el pueblo".
"Se va a quedar en Cotroceni (el palacio presidencial) pero ya no tiene ninguna legitimidad", agregó. El segundo mandato del jefe del Estado se termina en 2014.
De su lado, después de haber asegurado que se dedicaría a "promover la reconciliación" y a "reparar la fractura en el seno de la sociedad", el suspendido presidente destacó que sería "un asociado de la USL, con tal de que sus responsables comprendan la lección que le dieron los rumanos".
"Si dan muestras de la voluntad de consolidar el Estado, de reparar lo que han destruido, de respetar la Constitución y las leyes del país, seré su asociado", insistió.
La tentativa de la USL para destituir a Basescu provocó severas críticas de la Unión europea, que la definió como "sistemáticos atentados contra el Estado de derecho".
La tensión política entre Basescu y la mayoría de centro-izquierda debería mantenerse en los próximos meses, estiman diplomáticos extranjeros interrogados por la AFP. Tanto más cuanto que en los próximos meses el país entra en campaña para elecciones legislativas y de nuevo los dos campos estarán enfrentados.
"Después de este referendo se habría podido esperar que los dos campos revisen sus posiciones para encontrar un compromiso pero en Rumania los conflictos políticos son personalizados, lo que hace imposible su solución", explicó a la AFP el analista político Radu Alexandru.
El retorno de Basescu al palacio presidencial "no calmará la situación política, por el contrario, va a atizar aún más la guerra entre los dos campos", estimó el cotidiano Romania Libera, según el cual la invalidación del referendo "pone a los dirigentes de la USL en una situación delicada", mientras que la desaprobación de Basescu por más del 80% de los que votaron afecta su legitimidad.
El fracaso del referendo se produce en vísperas de una misión de evaluación del Fondo monetario internacional (FMI) y de la Unión europea, que el año pasado concluyó con Bucarest un acuerdo de tipo preventivo.
"Una prolongación del escándalo político va a costar aún más caro" a los rumanos, escribió el diario Ziarul financiar, cuando el leu, la moneda local ya llegó a su más bajo nivel histórico, perdiendo 7% de su valor en solo unas semanas.
AFP