Tras el reciente motín en el penal de Socabaya en Arequipa se nos viene a la mente inmediatamente los cruentos amotinamientos en nuestro país suscitados en la década de los ochenta.
Antes del acuerdo que los presos del penal arequipeño hicieron con las autoridades, la congresista de Gana Perú y presidenta de la Comisión de Inteligencia del Congreso, Ana María Solórzano, quien se encontraba en el interior del penal, informó el martes 28 que los internos exigían la presencia de la prensa para llegar a acuerdos con las autoridades, tal como ocurrió hace más de 25 años en El Sexto.
El motín de El Sexto
La cruenta toma de este recinto penitenciariosucedió la mañana del martes 27 de marzo de 1984.
Fue la transmisión en vivo más estremecedora donde se mostraba la violencia a la que llegaron los reos quienes arremetieron contra un empleado del Inpe quien cumplía la rutina de llevar ollas para el desayuno cuando fue acuchillado por el preso Víctor Ayala, (a) "Carioco", y enseguida los otros amotinados desenfundaron un impresionante arsenal de armas de fuego, cuchillos, kerosene y dinamita.
Los 12 avezados internos pedían dos camionetas con lunas polarizadas y que despejen la avenida Bolivia, sino cumplían sus requerimientos pensaban llevarse a los rehenes; amenazando con eliminarlos.
Tras horas de tensión, nadie imaginaba que la crueldad llegaría a su máxima expresión cuando los amotinados colocaron en la terraza a uno de los rehenes, luego le rociaron con kerosene y le prendieron fuego.
Finalmente, la Guardia Republicana intervino el recinto penitenciario alrededor de la diez de la noche y tomó el control. Fueron 22 muertos y unos cuarenta heridos.
Santa Bárbara, El Frontón y Lurigancho
En pleno apogeo de Sendero Luminoso, se llevaron a cabo una serie de motines en los tres principales penales de la capital.
Según información de la Comisión de la Verdad y Reconciliación, en el penal San Pedro (Lurigancho) y el ex centro penitenciario San Juan Bautista de la Isla “El Frontón” (ubicada frente a la provincia del Callao), más de doscientos internos acusados o sentenciados por terrorismo perdieron la vida durante los motines de junio de 1986, por el uso deliberado y excesivo de la fuerza contra los reclusos.
En la madrugada del 18 de junio, los internos de Sendero Luminoso iniciaron un motín en el Pabellón Azul de la isla penal de El Frontón. Simultáneamente, se realizaron motines en el penal de San Juan de Lurigancho y en el Penal de Mujeres Santa Bárbara. Los hechos sucedieron cuando se desarrollaba en Lima una conferencia mundial de la Internacional Socialista, a la que asistían más de un centenar de dirigentes políticos del mundo, entre ellos veintidós presidentes y representantes de setenta partidos políticos, y cerca de quinientos periodistas extranjeros.
Los amotinados denunciaron un intento de “genocidio” bajo el pretexto del traslado a una prisión de alta seguridad y régimen estricto en Canto Grande.
Este “genocidio”, manifestaron, sería en venganza por el asesinato, a manos de SL, del contralmirante Carlos Ponce Canessa, ex jefe del Servicio de Inteligencia de la Marina de Guerra, el 5 de mayo de ese año. Los internos tomaron de rehenes a miembros del personal penitenciario y de la Policía encargados de la custodia de los penales.
En Santa Bárbara, donde fue el primer ataque, la Guardia Republicana recuperó el control relativamente rápido. Los policías demolieron una pared y lanzaron gases lacrimógenos y paralizantes. En dos horas los rehenes fueron liberados, resultando dos internas muertas.
Las acciones militares en El Frontón se iniciaron a las 3:00 horas del 19 de junio usando armamento militar para repeler a los amotinados.
Mientras que en Lurigancho oficiales de la Guardia Republicana eran apoyados por la Compañía Especial de Comandos Nº 502 del Ejército para la apertura de boquetes en el Pabellón Industrial del mencionado establecimiento penal, iniciaron el operativo pasada la medianoche del 18 de junio y sostuvieron un enfrentamiento armado con los internos amotinados en que se produjo la rendición de los reclusos.
Narcos y bandas mexicanas
En México, país azotado por la violencia del narcotráfico, se han registrado crueles enfrentamientos en penales.
El traslado de Marcos Adelaido Gallegos, (a) "El Padrino", considerado el líder de un autogobierno en el penal municipal de Cancún, provocó un motín cuyo resultado fue de 4 muertos, 21 heridos y 17 prófugos el 1 de diciembre de 2006.
La masacre que se registró el 15 de agosto de 2009 en el penal de Gómez Palacio Durango, dejó 22 muertos y 30 heridos. El incidente comenzó con un incendio en una de las bodegas del reclusorio.
El 25 de julio de 2011, murieron 17 presos en el Cereso de Chihuahua tras un enfrentamiento entre bandas rivales.
Macabra Semana Santa
En Argentina, hace 16 años, la banda liderada por Marcelo Brandán Juárez y Jorge Pedraza encabezaba una rebelión de 1500 presos en el penal de Sierra Chica.
Recibieron el nombre de los "Doce Apóstoles" por llevar a cabo la revuelta durante Semana Santa. Diecisiete rehenes, entre ellos una jueza y su ayudante, siete reclusos muertos, cuerpos descuartizados e incinerados, canibalismo y caos son la síntesis de un motín que mantuvo en vilo a las fuerzas penitenciarias y políticas del país gaucho.
RPP