Paule Bronzini, considerada la mujer más longeva de Francia, falleció anoche a los 112 años de edad en el asilo en el que vivía, informaron hoy los medios locales, que recuerdan que la anciana celebró su último cumpleaños el pasado julio.
La mujer nació en el año 1900 en Marsella y deja tras de sí a cuatro hijos, con edades comprendidas entre los 76 y los 94 años, y varias decenas de nietos, bisnietos y tataranietos.
Los medios de comunicación y su familia la acompañaron el pasado 7 de julio cuando cumplió los 112 años, una edad que ella aseguró haber alcanzado gracias a haber llevado una vida "tranquila y bien rodeada".
El médico del asilo en el que se encontraba, según declaraciones recogidas por la edición digital del diario local "La Provence", no aparecía entonces muy sorprendido del buen estado de la centenaria.
"De vez en cuando me dice que le duele algo aquí o allá, y le contesto: Qué quiere, la maquinaria ya está un poco gastada, pero se lo toma bien", señalaba el doctor Chanavas, encargado de su seguimiento.
Bronzini se hizo con el honor de ser la francesa más vieja este 8 de junio, cuando la bretona Marie-Thérèse Bardet falleció una semana después de haber cumplido 114 años, y según recuerdan hoy los medios, uno de los hechos que más le marcaron en su vida fue la vuelta a casa de su marido en 1918, tras cuatro años de combate en la I Guerra Mundial.
EFE