Las críticas del Bundesbank a una posible acción del BCE cortan la caída de la prima
El Bundesbank ha vuelto hoy a dejar claro que no está dispuesto a aceptar cualquier solución para la crisis de la deuda europea. Los mercados han iniciado la jornada con la inercia de la semana pasada, alimentado por la creciente expectativa en que el Banco Central Europeo (BCE) acabará interviniendo y comprará bonos soberanos de los países sometidos a presión (España e Italia), aunque ello implique previamente la petición de ayuda al fondo europeo de rescate. Esa es la condición que puso el pasado 2 de agosto Mario Draghi, presidente de la institución, sin facilitar más detalles. Ya entonces hizo público que el plan no contaba con el beneplácito del banco central alemán que hoy, con la publicación de su último boletín mensual, ha vuelto a ratificarse en ese postura y ha vertido un jarro de agua fría sobre el entusiasmo de las primeras horas del día.
La expectativa de una posible solución se reflejaba en una relajación dela prima de riesgo de los bonos soberanos españoles a 10 años(exceso de rendimiento que se les exige respecto a los alemanes, que se considera inversión sin riesgos), que ha llegado a caer a 458 puntos básicos (4,58 puntos porcentuales), nivel que no registraba desde el 2 de julio, tras acabar el viernes en 494. Hacia el cierre, sin embargo, emprendía una remontada que la devolvía a los 477 puntos.
El rendimiento de la deuda a 10 años había cedido hoy hasta el 6,159%, con lo que se aleja del 7%, nivel que se considera insostenible por la carga de los intereses que supone para el erario público y para las empresas privadas, cuya financiación siempre tiene como referencia la del Tesoro Público. El pasado 25 de julio este tipo llegó al 7,751%, el más alto desde que existe el euro. Tras tocar ese mínimo, repuntaba después hacia el 6,282% al cierre.
Más acusado había sido por la mañana el alivio de la presión en los plazos más cortos, donde se centrará la acción del BCE, posiblemente a través de compras de bonos en el mercado secundario, según explicó el presidente del instituto emisor tras la última reunión de política monetaria del banco central del pasado 2 de agosto. La rentabilidad de la deuda pública española a dos años ha llegado hasta el 3,358%, nivel que no alcanzaba desde el pasado mayo (este plazo llegó a escalar hasta un disparatado 7,147% el pasado 25 de julio). Al final de la sesión rebotaba hasta el 3,585%.
La deuda soberana italiana, que también está sufriendo la presión en el mercado y que también podría ser objeto de intervención por parte del BCE, también ha vivido una primera mitad de de relajación. La prima de riesgo ha caído hasta los 413 puntos básicos, nivel de principios de julio, y el tipo a 10 años, que el 25 de julio llegó al 6,706%, ha llegado al 5,702%. El vencimiento a dos ha tocado el 2,912%, cuando el 25 de julio alcanzó el 5,262%. Al cierrel de la jornada, sin embargo, el optimismo también se desvanecía y este diferencial subía a 426, la rentabilidad a 10 años al 5,773% y el tipo a dos años, al 3,040%.
Los mercados, pendientes del BCE
El responsable de este cambio de tendencia ha sido, una vez más, el Bundesbank, que en su último boletín mensual pone en cuestión la compra de bonos como medio para resolver la crisis de la deuda europea. "El Bundesbank es de la opinión de que las compras de bonos soberanos por parte del Eurosistema deben ser consideradas de forma crítica y comportan importantes riesgos para la estabilidad", señala la institución presidida por Jens Weidmann. El nuevo programa de compra de bonos, añade, "podría ser ilimitado" y las decisiones sobre la posibilidad de una mayor participación común en los riesgos de insolvencia deben ser tomadas por los Gobiernos o los Parlamentos, no por los bancos centrales.
No es la primera vez que la institución alemana se opone a una intervención que puede superar los límites del mandato del emisor del euro y convertirse en una financiación a Estados miembros, algo expresamente prohibido por el tratado de la Unión Europea. El predecesor de Weidmann, axel Weber, dimitió el año pasado por su oposición al programa de compras de bonos que el BCE puso en marcha en 2010 y en virtud del que ha cargado su balance de títulos portugueses, irlandeses, griegos, españoles e italianos. El anterior vicepresidente del banco central alemán, Juergen Stark, también renunció a su puesto como economista jefe del BCE el pasado diciembre. Este programa, técnicamente llamado Securities Markets Program (SMP), no se ha activado desde marzo.
El pasado 2 de agosto, el mismo Draghi reconoció que Weidmann había sido la voz discordante en la reunión en la que se decidió intervenir si un Estado miembro pide ayuda al fondo europeo de rescate previamente. Pero el miembro del Comité Ejecutivo del BCE, el alemán Joerg Asmussen, advierte de que "nadie debería tratar de crear la impresión de que el Bundesbank o su presidente están aislados", según recoge hoy el diario Frankfurter Rundschau.
Según publicó ayer el semanario alemán Der Spiegel, el BCE baraja establecer un umbral de rentabilidad que sirva de detonante de las compras de bonos soberanos de países bajo presión. Esa posibilidad también ha estado detrás de las compras de la mañana, aunque el portavoz del Ministerio de Finanzas alemán, sin embargo, ha precisado que esa tipo de fijación de objetivos para la intervención por parte del BCE sería "muy problemática desde un punto vista teórico", aunque ha asegurado "no saber nada" sobre ese posible plan.
El propio BCE se ha encargado de desinflar esa posibilidad, con un comunicado en el que declara, aun sin desmentir que se esté considerando, que "el Consejo de Gobierno no lo ha debatido aún" y que "no es correcto especular con la modalidad de futuras intervenciones del BCE" y que "informar sobre decisiones que no se han tomado aún induce a confusión".
El Ibex, en rojo
La Bolsa también ha moderado el entusiasmo que la pasada semana la llevó a anotarse un avance del 7,28%. Tras iniciar la jornada con una leve subida del 0,31%, lo ha ido ampliando hasta marcar un máximo en 7.645,6 puntos, un alza del 1,11% respecto al cierre del viernes. Una hora después del mediodía, sin embargo, el indicador invertía esa tendencia y entraba en pérdidas que han llegado a ser de hasta el 2,29%, con lo que el Ibex tocaba un mínimo en 7.387,4 puntos. Al cierre se ha situado en 7.469,6 puntos, con una caída del 1,21%.
Bankia (-4,63%), Repsol (-4,39%) y DIA (-3,16%) encabezan las pérdidas, mientras que Abengoa (+4,16%), Sabadell (+2,24%), ACS (+1,62%) y Acciona (+1,35%) son los valores que más suben. Las empresas constructoras y de infraestructuras avanzan desde que la semana pasada Brasil anunciara un plan de inversiones públicas por importe de 133.000 millones de reales (53.300 millones de euros), de los que dos tercios se dedicarán a ferrocarriles y el tercio restante, a carreteras. El plan prevé la construcción en régimen de concesión de 10.000 kilómetros de ferrocarriles y 7.500 kilómetros de carreteras.
Las Bolsas europeas también han terminado la jornada en números rojos. Londres ha cedido un 0,48%, París un 0,22%, Fráncfort un 0,1% y Milán un 1,01%:
Durante el fin de semana, el ministro español de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, señaló en una entrevista a Efe que el "procedimiento" de la posible ayuda que el Gobierno debe solicitar al fondo europeo de rescate como condición previa para que el banco central intervenga se definirá a mediados de septiembre.
Guindos estima que el BCE dará a conocer los mecanismos de intervención en el Consejo de Gobierno del 6 de septiembre, día en el que el presidente español y la canciller alemana, Angela Merkel, han programado una reunión en Madrid. Posteriormente, “en el Eurogrupo y el Ecofin que tendrán lugar en la segunda semana de septiembre se definirá cuál es el procedimiento, cuál es el marco. A partir de ahí, el Gobierno español lo considerará, analizará las alternativas disponibles, lo que está ofreciendo el BCE”.
Las próximas semanas, cruciales
Los líderes europeos han dado por finalizadas las vacaciones estivales y la semana presenta ya una intensa agenda de diplomacia económica. El presidente francés, François Hollande, se reunirá el jueves en Berlín con la canciller alemana Angela Merkel, mientras el primer ministro griego, Antonis Samarás, viajará a la capital alemana el viernes y el sábado a París.
El primer ministro luxemburgués, Jean-Claude Juncker, presidente del Eurogrupo (ministros de Economía y Finanzas de la zona euro) visitará Atenas el 22 de agosto para negociar la petición del Gobierno griego de aplazar dos años el cumplimiento del programa de recortes fiscales.
A principios de septiembre, representantes de los acreedores internacionales de Grecia, la llamada troika forma da por el Fondo Monetario Internacional (FMI), el BCE y la Comisión Europea, visitarán Atenas para evaluar el cumplimiento de los compromisos adquiridos en el segundo rescate recibido por el país heleno, que debe aplicar recortes por importe de otros 11.500 millones de euros en 2013 y 2014.
ELPAIS