Una veintena de ONG que luchan contra la difusión "online" del odio racial, nacional y religioso reclamaron hoy a los proveedores de contenidos en internet y a las redes sociales que hagan respetar en sus dominios los derechos humanos.
La red internacional contra el ciberodio, INACH, de la que forma parte la ONG española Movimiento contra la Intolerancia, difundió, con motivo de su décimo aniversario, una carta de valores comunes para la red e invitó a particulares y, sobre todo, a empresas de internet a suscribirla.
"Pedimos a los actores relevantes como proveedores, operadores de plataformas, ONG, pero también usuarios de internet, a asumir su responsabilidad social y actuar en contra del racismo y la discriminación", aseguró el presidente de la INACH, Philippe Schmidt, en la presentación de la carta en Berlín.
El documento insta a los proveedores de contenidos, como Google o Yahoo, y a las redes sociales, como Facebook o Twitter, a que faciliten "mecanismos accesibles" para presentar quejas sobre violaciones de los derechos humanos en sus páginas y a que simplifiquen el proceso de retirada de contenidos que fomenten el odio y la violencia.
En general, el catálogo insta a respetar los derechos humanos en internet, a evitar el lenguaje y las conductas de carácter ofensivo e irrespetuoso, así como a eliminar los mensajes discriminatorios por motivos religiosos, sexuales, nacionales, políticos y racistas.
Además, aboga por que los diferentes actores que construyen o utilizan la red trabajen conjuntamente para "encontrar y aplicar métodos para reducir la propagación de los discursos del odio y la incitación a la violencia en internet".
"Con el objetivo de combatir la propaganda onerosa en internet, hemos aunado esfuerzos y logrado una postura común", aseguró durante la presentación de la carta de valores comunes Suzette Bronkhorst, secretaria general de INACH.
Fundada en 2002, la red internacional contra el ciberodio agrupa a una veintena de ONG de Europa y Norteamérica y se dedica a concienciar frente al aumento de los contenidos violentos y discriminatorios en la red.
EFE