Un equipo de arqueólogos ha desenterrado en las inmediaciones de la ciudad búlgara de Provadia, de unos 12.000 habitantes y situada al este del país, la ciudad prehistórica más antigua de Europa conocida hasta la fecha. El conjunto, un asentamiento fortificado en el que se cree que vivieron unas 350 personas, se remonta a los años 4700-4200 a. C.
Junto al yacimiento se encuentra una mina de sal, que sería la explicación de la buena cantidad de tesoros y riquezas que se han hallado en la zona, concretamente más de 3.000 joyas y objetos religiosos conocidos como el Tesoro de Varna, compuesto por las piezas de oro trabajado más antiguas que se conservan. “La sal era un bien extremadamente valioso en la antigüedad. Era necesaria para que la gente pudiera vivir, y también se usó como medio de intercambio y como moneda a partir del sexto milenio antes de Cristo”, explicó Vasil Nikolov, investigador del Instituto Nacional de Arqueología búlgaro.
Las excavaciones han sacado a la luz las ruinas de casas de dos pisos, fosas para celebrar rituales, partes de una puerta y tres murallas fortificadas. Los restos han sido analizados con la técnica del carbono-14 para datarlos. También se ha hallado una pequeña necrópolis, que debe ser estudiada en mayor profundidad.
“No estamos hablando de algo como las ciudades-estado griegas o los asentamientos romanos o medievales, sino de lo que, como coinciden en afirmar los arqueólogos, constituyó una ciudad en el quinto milenio antes de Cristo”, señaló Nikolov. El equipo de profesionales llevaba trabajando en la zona desde 2005.
“Las enormes murallas que rodean el asentamiento, que se construyeron muy altas y con bloques de piedra son algo nunca visto en excavaciones de asentamientos prehistóricos en el sudeste europeo”, añadió el arqueólogo Krum Bachvarov, que también puso de relevancia lo peculiar de las posturas de enterramiento y los objetos encontrados en las tumbas, sin parangón en Bulgaria.
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