La inflación en la zona euro disminuyó como se esperaba en octubre gracias a un menor crecimiento de los precios de la energía, según datos difundidos el miércoles por la oficina de estadística europea, que mostraron también que el desempleo en el bloque subió a nuevos máximos históricos en septiembre.
La oficina de estadísticas europea, Eurostat, estima que la inflación al consumidor en los 17 países que comparten el euro fue del 2,5 por ciento interanual, por debajo del 2,6 por ciento de septiembre, aunque todavía por encima de la meta del Banco Central Europeo que es del 2 por ciento.
La presión al alza se explica principalmente por el mayor precio de la energía, que aumentó un 7,8 por ciento interanual en octubre, pero más lentamente que en septiembre, cuando se incrementó un 9,1 por ciento interanual.
El segundo mayor contribuyente de la inflación fueron los alimentos, que subieron un 3,2 por ciento de año en año, un aumento del 2,9 por ciento respecto al mes anterior.
Los economistas esperan que el Banco Central Europeo (BCE)recorte las tasas de interés una vez más antes de fin de año desde el 0,75 por ciento actual, con el propósito de contrarrestar una desaceleración de la economía que es probable que se convierta en recesión en el tercer trimestre.
Las presiones inflacionarias en la zona euro son bajas porque el desempleo está en un nivel récord, llegando a un 11,6 por ciento de la fuerza laboral en septiembre, el nivel más alto desde 1995 de los 17 países que integran la zona euro.
Eurostat dijo que 18,49 millones personas estaban sin empleo en la zona euro, un aumento del 146.000 respecto al mes anterior.
La tasa de desempleo más alta se encuentra en España, donde el número de desocupados se elevó al 25,8 por ciento de la fuerza de trabajo en septiembre, desde el 25,5 por ciento del mes anterior.
Entre los españoles menores de 25 años, el desempleo aumentó a un sorprendente 54,2 por ciento desde un 53,8 por ciento.