EFE) - Luego de doce días de intensa contienda por todo el país, la precampaña presidencial venezolana se tomó hoy un descanso por la Semana Santa,dejando espacio a la recreación y al culto religioso, que algunos incluso empezaron a profesar hacia el fallecido presidente Hugo Chávez.
Ni actos, ni discursos ni apariciones televisivas, el presidente encargado, Nicolás Maduro, y el candidato opositor, Henrique Capriles, dieron este Jueves Santo una tregua política al país en medio de su caza a contrarreloj de votos a falta de poco más de dos semanas para las elecciones del próximo 14 de abril.
Tras el frenesí de los últimos días, en los que los candidatos recorrieron hasta tres estados en una sola jornada, como ayer lo hizo Maduro en Monagas, Sucre y Nueva Esparta (este), el ambiente electoral quedó relegado en favor de la oración, a la que ayer se sumó Capriles en una misa en Caracas.
Casi ni por la red social Twitter se manifestaron hoy los candidatos.
Capriles compartió a primera hora de la mañana un mensaje en el que deseaba un feliz Jueves Santo a los venezolanos e invitaba a sus seguidores a convertir la “esperanza en compromiso” con la conformación de los llamados comandos familiares, un plan para que cada persona logre convencer a otras diez para la votación.
Entretanto, Maduro se limitó a reproducir los mensajes en la red social del vicepresidente y yerno de Chávez, Jorge Arreaza, quien defendió la primera subasta de dólares que ayer lanzó el Gobierno para empresas ante las críticas opositoras de ser una nueva devaluación encubierta.
“Mensaje del Quijote para los eternos pitonisos del desastre económico: ‘si los perros ladran, Sancho, es señal de que avanzamos’”, dijo Arreaza.
Y entre multitudinarios traslados a la costa o la montaña y peregrinaciones a santuarios de todo el país, la figura de Chávez empezó a prodigarse en esta festividad religiosa mediante estampitas e, incluso, empezando a ser elevada en altares.
Ayer, en las puertas de una de las iglesias católicas más importantes de Caracas, la basílica de Santa Teresa, se mezclaban estampillas de cristos con fotos del líder bolivariano, fallecido el pasado 5 de marzo víctima de un cáncer.
Y, mientras en el centro de la ciudad, algunas tiendas esotéricas ya venden el busto de Chávez, en las inmediaciones del llamado “Cuartel de la Montaña”, donde desde el pasado día 15 descansan sus restos, se instaló una pequeña e improvisada capilla de madera en su honor llamada “Santo Hugo Chávez”.
Todo eso, bajo la suspicacia de algunos colectivos religiosos y en medio de una creciente polémica en torno al uso electoral de la imagen del fallecido presidente.
El fantasma de Chávez planea en esta campaña por las constantes invocaciones de Maduro a su figura, que pide no traicionar su memoria, mientras Capriles se esfuerza en alejar la imagen del carismático líder socialista tratando de hacer una campaña de tú a tú con su rival.
Pese a la ausencia mediática de los candidatos, los comandos de campaña realizaron hoy algunos actos.
El de Capriles convocó una rueda de prensa en la que pidió imparcialidad al Consejo Nacional Electoral (CNE) y le hizo un llamado público para que revise la procedencia de los fondos de campaña de Maduro.
“El tema es que Nicolás Maduro se despoje del poder y haga campaña por igual”, reclamó el diputado opositor Stalin González.
Mientras, miembros del Gabinete monitorearon el plan de movilidad de Semana Santa, por el que se han desplegado 210.000 efectivos policiales, e impulsaron distintas actividades de recreación.
Desde un parque en el estado Aragua, al oeste de Caracas, la ministra de Educación Universitaria, Yadira Córdova, aseguró que esas actividades son una “vía sustantiva” para lograr combatir los altos índices de violencia en el país, una de las principales promesas electorales de Maduro.
Maduro y Capriles aspiran a ganar las elecciones del próximo 14 de abril, de las que saldrá el presidente que concluya en 2019 el mandato de Chávez, iniciado el 10 de enero pasado.