EFE) – El presidente de EE.UU., Barack Obama, instó a los estadounidenses a no olvidar que su país “sigue en guerra” en Afganistán, en un discurso pronunciado hoy con motivo de cumplirse el Día de los Caídos.
En su discurso en el cementerio de Arlington (Virginia), a las afueras de Washington, el mandatario aseguró que le preocupa que se olviden los sacrificios que hacen las tropas ahora que a la mayoría de los estadounidenses “ya no les toca de cerca” la guerra.
“Estamos en una etapa de transición en Afganistán y las tropas están volviendo a casa y hay menos estadounidenses que hagan el sacrificio último”, dijo Obama en el cementerio donde se entierra a los caídos en combate desde 1864.
“Estados Unidos se encuentra en una encrucijada”, continuó. “Pero incluso mientras nos preparamos para pasar página tras una década de conflicto, no olvidemos que hoy nuestro país sigue en guerra”.
“En nuestras vidas diarias, recordemos que nuestros compatriotas siguen luchando, siguen arriesgando sus vidas por nosotros”, indicó. “Nunca nos olvidemos de recordar siempre que debemos ser dignos del sacrificio que hacen por nosotros”.Obama recordó que hoy “más de 60.000 estadounidenses siguen desplegados lejos de casa, en Afganistán, arriesgando sus vidas”, y afirmó que las tropas y familias militares le han trasladado “su preocupación sobre si el país realmente aprecia” los sacrificios que hacen.
El mandatario subrayó el contraste entre la sociedad estadounidense durante la Guerra de Vietnam (1955-1975), cuando “todos conocían a alguien que había ido a combatir”, y la actual, en la que a “la mayoría de estadounidenses no les toca de cerca”, algo que atribuyó a la estructura de voluntarios de las Fuerzas Armadas.
Celebró además el fin de la guerra de Irak y el hecho de que el próximo “Memorial Day”, como se conoce el Día de los Caídos en Estados Unidos, será “el último” que el país celebrará aún con presencia en Afganistán, donde la OTAN ha acordado completar la transición en 2014.
Obama hizo asimismo un “saludo especial” a quienes lucharon en la Guerra de Corea (1950-1953) con motivo del 60 aniversario del fin de dicho conflicto, que se celebrará en julio.
Antes de su discurso, el presidente colocó una corona de flores en la Tumba al Soldado Desconocido del cementerio de Arlington, donde hay más de 300.000 tumbas con los restos de soldados estadounidenses fallecidos en combate.
A la ceremonia asistieron también la primera dama, Michelle Obama, el jefe del Estado Mayor conjunto, Martin Dempsey, y el secretario de Defensa de EE UU, Chuck Hagel, quien rindió homenaje a “los individuos desprendidos, los héroes callados de Estados Unidos” que entregan sus vidas en el campo de batalla.