EFE) El presidente de Francia, François Hollande, abrió hoy la puerta a que Irán participe en la conferencia de paz sobre Siria, si el nuevo presidente iraní demuestra ser “constructivo”.
En declaraciones a la prensa tras la cumbre del G8 en Lough Erne (Irlanda del Norte), Hollande reiteró además su posición, compartida con las principales potencias occidentales, como Estados Unidos o el Reino Unido, de que el presidente sirio Bachar Al Asad debe abandonar el poder.
“Sobre la presencia de Irán, esperemos a que hable el nuevo presidente (el reformista moderado Hasan Rohaní) y veamos si puede ser constructivo. Mi opinión es que, si puede serlo, entonces será bienvenido”, declaró.
Rohaní, ganador en primera vuelta de las elecciones presidenciales iraníes del 14 de junio, ha afirmado que quiere una interacción constructiva para mejorar las relaciones con el mundo, incluido Estados Unidos, aunque no Israel.
El Grupo de los Ocho (economías más industrializadas y Rusia), acordó hoy, entre otras cosas, impulsar la conferencia de paz sobre Siria, pero evitó, por la oposición de Rusia, mencionar directamente a Al Asad.
No obstante, en una rueda de prensa al término de la cumbre, el primer ministro británico y anfitrión, David Cameron, subrayó que “es impensable” que el presidente sirio pueda formar parte del futuro de Siria, una posición reafirmada por Hollande.
Francia, que con el Reino Unido apoyó el levantamiento del embargo de armas sobre Siria a fin de respaldar a los rebeldes, no se ha pronunciado aún sobre si está dispuesto a armarlos, al igual que sus socios británicos, mientras que EEUU sí ha mostrado su disposición.“No hay futuro para Siria con Asad -dijo Hollande a la prensa-. Los rusos no están preparados aún para decirlo o escribirlo, pero cuando se habla de transición… Es difícil ver cómo él (Asad) podría responsabilizarse de ella”, añadió.
El G8 (formado por el Reino Unido, Estados Unidos, Italia, Francia, Canadá, Alemania y Japón más Rusia) respaldó hoy una “transición democrática” en Siria y pidió la reunión “lo antes posible” en Ginebra de rebeldes y partidarios del régimen sirio en busca de una “solución pacífica” al conflicto.
Además, se comprometió a dedicar otros 1.500 millones de dólares para ayuda humanitaria en Siria y expresó su disposición a “liderar el apoyo internacional para una transición democrática”.