La comisión independiente auspiciada por la ONU para investigar el conflicto en Siria ha constatado el uso de armas químicas en el país, y si bien no ha podido comprobar quien las utilizó, pero duda de que los grupos de la oposición las posean y las hayan empleado.
"Existen fundamentos razonables para creer que han sido usados agentes químicos como armas", señala el último informe de la comisión, publicado hoy, que especifica que "los agentes precisos, los sistemas de distribución o los autores no han podido ser identificados".
Dicho esto, el informe deja claro que a pesar de que ha habido "alegaciones" del uso de armas químicas por las dos partes en conflicto, "la mayoría" de ellas señalan como autores a las fuerzas gubernamentales, y "no hay evidencia" de que los grupos rebeldes dispongan de ellas y las hayan utilizado.
"Es posible que grupos armados antigubernamentales puedan tener acceso y usen armas químicas. Esto incluye agentes nerviosos, no obstante, no hay evidencia contundente de que esos grupos posean este tipo de armas o los imprescindibles sistemas de distribución", reza el texto.
Una vez alertado el mundo de este extremo, el presidente de la comisión, el brasileño Paulo Sergio Pinheiro, quiso advertir de que la existencia de armas químicas y su eventual y potencial uso, no debe esconder "los horrores de las armas convencionales, los bombardeos, los asesinatos masivos que masacran diariamente a la población civil", afirmó en una rueda de prensa.
Y recordó que ambos adversarios han cometido crímenes de guerra y contra la humanidad por no evitar que los civiles sean víctimas inocentes de ataques deliberados, y por haber asesinado, violado y torturado, entre otras barbaridades.
Pinheiro dejó claro que "las violaciones y abusos cometidos por los grupos armados no gubernamentales no alcanzan la intensidad y la escala de los cometidos por el Gobierno y sus milicias afines".
Especificado este extremo, el presidente de la comisión especificó que "los crímenes son los mismos, y hay que denunciarlos por igual".
La comisión, que no tiene acceso a territorio sirio, ha entrevistado a 430 personas para elaborar el informe, entre las que se encuentran víctimas de supuestos ataques químicos y médicos que trataron a afectados por estas armas.
Los miembros de la comisión -además de Pinheiro, la estadounidense Karen Koning Abuzayd, la helvética Carla del Ponte y el tailandés Vtit Muntarbhorn- consideran que conforme el conflicto se exacerba, la posibilidad de que se incremente el uso de armas químicas es mayor.
Específicamente, los expertos señalan el "peligro" que representa no sólo el hecho de que el Gobierno use las que posee, sino que otros grupos "afines" las utilicen.
Con respecto al tipo específico de armas usadas, el informe afirma que la única manera de saberlo es analizando muestras tomadas directamente de las víctimas o de los lugares del ataque.
Es por ello que la comisión hace un llamamiento al gobierno de Bachar al Asad para que permita ingresar al país al panel de expertos designado por la ONU para investigar el uso de armas químicas, y que puedan llevar a cabo una pesquisa que, paradójicamente, el régimen solicitó.
Para los cuatro expertos, el empleo de agentes químicos es la consecuencia de que la situación "haya alcanzado nuevos niveles de brutalidad".
"Hace dos años, cuando comenzó el conflicto no podíamos imaginar que se alcanzaría aspectos tan horrorosos", confesó Pinheiro.
Esta nueva etapa ha permitido no sólo el uso de estas armas, sino que varias ciudades hayan quedado sitiadas, y que se haya forzado a miles de ciudadanos a desplazarse.
"Las fuerzas gubernamentales y las milicias afiliadas han sitiado sistemáticamente ciudades en todo el país, atrapando civiles en sus casas al controlar la distribución de comida, agua, medicinas y electricidad".
Finalmente, la comisión afirma rotunda que "la creciente disponibilidad de armas tiene un coste humano" y recuerda que "las transferencias de armas intensifican el riesgo de violaciones, lo que se traduce en más civiles muertos y heridos".
No obstante a lo afirmado, Pinheiro no quiso comentar la decisión de la Unión Europea de autorizar el envío de armas a los rebeldes, ni la ya efectuada venta de armamento pesado por parte de Rusia al gobierno de Al Asad.
"Enviar más armas significa más muertes. Nadie está ganando la guerra y nadie la ganará. No hay una solución militar. Una intervención extranjera sería una catástrofe. La única solución es la vía diplomática", recalcó.
Precisamente, el presidente de la comisión expresó su esperanza de que las planeadas conversaciones de paz en Ginebra auspiciadas por Estados Unidos, Rusia y la ONU puedan dar algún fruto, aunque no escondió su pesimismo: "Estamos poniendo demasiados huevos en el cesto, y aún no tenemos cesto. No olvidemos que ni tan siquiera tenemos fecha para la reunión".
EFE