El presidente ruso, Vladímir Putin, ordenó este lunes la puesta en servicio este año de otros tres submarinos atómicos de cuarta generación, dos de ellos equipados con misiles intercontinentales Bulavá.
"Lamentablemente, la construcción de buques de superficie y submarinos y la realización de los ensayos se retrasan, al igual que ocurre con el armamento que deben portar", dijo Putin, citado por las agencias locales.
Durante una reunión sobre el rearme de la Armada, Putin insistió en que esos programas deben ser reactivados y los buques entregados "en el plazo más corto posible".
Putin insistió en que en lo que queda de año deben ser puestos en servicio el "Vladímir Monomaj" y el "Alexandr Nevski" que pertenecen al proyecto 955, código Borey, en el marco del que deben construirse otros cinco submarinos de cuarta generación.
Todos los submarinos portarán misiles intercontinentales Bulavá, el orgullo del arsenal nuclear ruso, ya que llevan hasta diez ojivas de guiado individual, tienen 8.000 kilómetros de alcance y, según Moscú, pueden burlar cualquier escudo antimisiles, incluido el estadounidense.
Además, la Armada debe contar este año con el "Severodvinsk", un submarino atómico de cuarta generación pero equipado sólo con torpedos.
Putin recordó que en 2012 entró en servicio el "Yuri Dolgoruki" -proyecto 955- y se modernizaron los sumergibles equipados con misiles "Novomoskovsk" y "Verjoturie".
El misil R30 3M30 Bulavá-30 (SS-NX-30, según la clasificación de la OTAN, y RSM-56 en los tratados internacionales) es una versión naval del misil balístico intercontinental con emplazamiento en tierra, Tópol.
Rusia confía en que los Tópol y los Bulavá le permitan mantener la paridad nuclear con EEUU por lo menos durante el próximo medio siglo.
Los submarinos nucleares, la aviación estratégica y los misiles intercontinentales conforman la tríada nuclear rusa en el programa de rearme ruso, que contempla el gasto de unos 700.000 millones de dólares en armamento hasta 2020.
EFE