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sábado, 28 de septiembre de 2013

Mundial de Fútbol y trabajo esclavo: un coctel que inquieta a Brasil

Más de 100 migrantes internos fueron engañados para hacer trabajo esclavo en el aeropuerto de Sao Paulo.BBC Mundo). A la lista de problemas que la organización del Mundial de Fútbol 2014 le trajo a Brasil, se acaba de sumar uno especialmente delicado: denuncias de condiciones laborales similares a la esclavitud en obras de Sao Paulo para la fiesta del balompié.
Una inspección oficial sobre la ampliación del Aeropuerto Internacional de Guarulhos indicó que 111 trabajadores vivían en condiciones inadecuadas cerca del lugar donde se desarrolla el gigantesco proyecto.
Los obreros eran reclutados del noreste brasileño, una de las zonas más pobres del país, con la promesa de obtener empleo en Sao Paulo con un salario mensual equivalente a US$625, estableció el Ministerio Público de Trabajo.
Pero los interesados debían costearse el transporte, muchos de ellos asumiendo deudas y, una vez en la gran ciudad, descubrían que tenían que aguardar una oportunidad laboral alojados en condiciones “análogas a la de esclavos”.
“En una obra que tiene millones, hay trabajadores muriendo de hambre, de sed y enfermos, durmiendo en el piso”, dijo Edmilson Girão da Silva, presidente del Sindicato de los Trabajadores de la Construcción de Guarulhos, que denunció la situación a las autoridades.
“Ni un perro duerme en el lugar que estaban durmiendo”, agregó durante una entrevista con BBC Mundo frente a la obra de la terminal aérea.
“¿QUÉ SERÁ DE LAS OTRAS?”
La noticia ha generado inquietud en Brasil sobre las condiciones laborales de obras vinculadas al Mundial del año que viene, muchas de las cuales corren contrarreloj para acabar antes del evento.
“Si aquí la principal empresa (constructora) de Brasil, que es la OAS, deja que ocurra esto, ¿qué será de las otras obras?”, preguntó Girão da Silva.
Una gigantesca constructora con diversos proyectos en marcha en Brasil y el exterior, OAS está a cargo de las obras de ampliación del aeropuerto de Guarulhos que emplean a miles de personas, pero negó que supiera de las irregularidades.
“La OAS destaca que no mantiene personas alojadas en la obra y no utiliza intermediarios en la contratación de sus colaboradores”, señaló la empresa en un comunicado.
Sin embargo, quienes reclutaban a los trabajadores en el noreste decían actuar en nombre de la firma, que despidió a los empleados que aparecían comprometidos en la denuncia.
El Ministerio Público de Trabajo podría multar a la OAS por un total equivalente a unos US$63.000 por 25 infracciones laborales.
Los 111 trabajadores fueron indemnizados y regresaron a sus lugares de origen. Seis de ellos son indígenas de la etnia Pankaruru.
Mauricio Santoro, asesor de Amnistía Internacional en Brasil, expresó inquietud porque la prisa para terminar a tiempo las obras del Mundial “pueda llevar a las autoridades federales a dejar de lado (...) la necesidad de una fiscalización adecuada de las condiciones de trabajo”.
“GRAN CANTIDAD DE CASOS”
Santoro descartó que la denuncia de Guarulhos sea un caso aislado en este país.
“Hemos visto una gran cantidad de casos de trabajo esclavo, de condiciones terribles de trabajo, ocurriendo prácticamente en todas las grandes obras y grandes proyectos económicos de Brasil, inclusive en aquellos financiados con dinero público”, dijo a BBC Mundo.
Esta misma semana una investigación del diario The Guardian concluyó que inmigrantes de Nepal trabajaban en obras para el Mundial de 2022 en Qatar en condiciones equivalentes a “esclavitud moderna”.
Pero Santoro indicó que “Qatar es un régimen autoritario; es muy diferente lidiar con eso en un país democrático como Brasil, donde se espera que se cumpla lo que está previsto en la ley”.
Girão da Silva comentó que la semana próxima viajará a Brasilia para analizar la situación con autoridades del Ministerio de Trabajo, que participó de la inspección en Guarulhos.
Las denuncias del aeropuerto demuestran hasta qué punto la Copa del Mundo 2014 se ha vuelto un reto enorme para Brasil, contradiciendo muchas expectativas.
Hace un tiempo se habían anunciado en el país programas para emplear a exvíctimas de trabajo esclavo en obras de un estadio mundialista. Hoy parece ocurrir lo contrario en uno de los grandes proyectos de infraestructura que Brasil tiene para albergar el torneo.