Muchos saben que el consumo desmedido de gaseosas puede desencadenar una serie de enfermedades, pero pocos entienden cómo estas bebidas azucaradas y con multitud de aditivos, actúan en nuestro organismo para generar esos daños.
Según la nutricionista de la Unife, Slovenia Ulloa Acuña, el consumo recomendable de azúcar no debe pasar de las 3 cucharadas diarias; sin embargo una botella personal o lata de gaseosa, contiene el equivalente a siete cucharadas de azúcar.
"Las gaseosas contienen azúcar refinada (carente de nutrientes), y al entrar a nuestro organismo, necesitará de vitaminas del complejo B para poder usarse, este proceso irá dejando a nuestro cuerpo sin esta vitamina y las consecuencias serán una mala digestión y mucho cansancio”, precisó.
Sobre el consumo de bebidas light, la especialista explicó que para la elaboración de este producto, el azúcar es reemplazado por sustitutos como edulcorantes que a la larga ocasionan problemas en el sistema nervioso, páncreas e hígado.
Para Slovenia Ulloa otro de los efectos dañinos de las gaseosas es la acidificación, producida por aditivos como el ácido fosfórico, la cafeína y el sodio.
“Al tener un ambiente ácido en la sangre, nuestro organismo hará que se libere más calcio de los huesos para contrarréstalo. Posteriormente este mineral se irá perdiendo a través de la orina y poco a poco nuestros huesos se irán debilitando hasta llegar a la osteopenia y a la temida osteoporosis”, añadió.
Por otro lado, ya es conocido que los colorantes que se utilizan traen como consecuencia muchas enfermedades metabólicas como la obesidad, diabetes mellitus II, hipertensión arterial, descalcificación de los huesos, alergias y cáncer.
“Hay que pensar muy bien antes de elegir tomar una gaseosa en lugar de una bebida natural, con ingredientes naturales", agregó.
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