El proceso consiste en extraer una pequeña muestra de sangre y colocarla sobre una lámina de material polimérico inteligente, que cambia de color según la concentración del hierro.
El resultado del cambio de color se ve a simple vista, pero, como explican los científicos, para obtener un valor exacto, es costoso, por ello, apuntaron a los smartphones como una herramienta de medida.
En concreto, el análisis se realiza tomando una fotografía con el móvil, desde el que es posible procesar la información (el cambio de color), pasarla a un PC y establecer los niveles de hierro en función de un patrón de referencia.
El proceso, que no toma más de 15 minutos, se realizó a través de un software de estadísticas, pero los expertos están convencidos de que muy pronto, la prueba podría hacerse desde el propio móvil con la ayuda una app (aplicación).
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