Malos hábitos alimenticios, entre los que se cuenta el consumo de mucho refresco y frituras, hacen que muchos venezolanos sean gordos o desnutridos, dos de los problemas a los que se enfrentan países ricos y pobres en la actualidad y que se han instalado en el país como un desafío para las políticas públicas.
Después de años en inversión social y aumento de las rentas más bajas, los niños venezolanos no se mueren de hambre pero son vulnerables a sufrir enfermedades por alimentarse mal y pueden esconder, detrás una buena apariencia, importantes carencias nutricionales.
En las zonas populares del país rara vez se comen frutas o vegetales, en cambio, se prefieren las harinas refinadas y fritas, los niños toman café, que además de ser un estimulante inhibe la absorción de hierro y calcio, mientras las proteínas se ven poco.
El tema de la alimentación ha sido un punto de honor para la llamada "revolución bolivariana" que propugnó el fallecido presidente Hugo Chávez (1999-2013) y que ahora continúa el actual jefe de Estado, Nicolás Maduro, que creó incluso programas sociales para vender alimentos a bajo precio en las zonas populares.
De hecho, en junio pasado, la Organización Mundial para la Agricultura y Alimentación (FAO) premió a Venezuela por sus avances en la lucha contra el hambre, algo criticado desde la oposición que asegura que en el país se come mal.
Profesionales de la nutrición aseguran que si bien el venezolano tiene acceso a los alimentos, por habitar en un país en desarrollo sufre las afecciones propias de la pobreza y otras que afectan al primer mundo: desnutrición y obesidad.
Esa "doble carga" fue abordada por los especialistas que participaron en el Congreso Internacional de Nutrición y Salud recién celebrado en Caracas y que mostró, además, que en las grandes ciudades del país se observan más personas con sobrepeso y en el interior más afectados con desnutrición.
La médico especializada en Nutrición Marianella Herrera aseguró a Efe que a pesar del premio que dio la FAO a Venezuela "no se ha erradicado la desnutrición".
Los últimos datos oficiales en la materia fueron anunciados por el estatal Instituto Nacional de Nutrición (INN) en 2009 tras analizar a 10.000 niños y adolescentes en todo el país, estudio que reveló que hay 20 % de sobrepeso y obesidad y 16 % de desnutrición en la población de 5 a 16 años.
Herrera destaca que estos datos ya reflejaban la doble carga y hace mención al estudio presentado por el Centro de Estudios del Desarrollo de la Universidad Central de Venezuela (CENDES-UCV) en el Congreso de Obesidad Infantil que se celebró en Texas en 2012 sobre "alteración de grasa corporal" en niñas en situación de abandono.
"Es interesante que muchas de estas niñas que hemos evaluado en diferentes estudios, algunas tienen un peso o un índice de masa corporal normal y cuando vamos al detalle de composición corporal vemos que la grasa está alterada", dice la también investigadora del CENDES.
"Entonces es un niño que luce flaquito pero tiene una proporción de grasa mucho más grande", dice, y señala que esta alteración de la grasa tendría que ver con una inadecuada alimentación desde temprana edad, e incluso desde el útero.
Asimismo, destacó que en el país hay personas obesas con "hambre oculta", una clasificación que se aplica a aquellos que no lucen desnutridos pero tienen déficit de nutrientes.
La pediatra y especialista en nutrición Mercedes López explica que si bien ya no hay desnutrición "aguda" pues "ya no se ve el niño que se muere de hambre" si se observa al pequeño "que se enferma hasta seis veces al año por una desnutrición crónica y que tiene una talla más baja para su edad".
La especialista, que además forma parte del equipo de investigación de la Fundación Bengoa que se ocupa de estudiar y formar a poblaciones pobres de Venezuela en materia de nutrición, mencionó una investigación focal de la Universidad Simón Bolívar en el que se analizaron poblados cercanos a Caracas publicado en 2011.
López comentó que según esta investigación, las comunidades periurbanas de los municipios caraqueños de Baruta y El Hatillo que viven en barrios no muy bien estructurados se encontró un porcentaje de talla baja nutricional entre 40 y 60 % en niños "y eso es grave" y 90 % de obesidad en adultos, sobre todo en mujeres.
También señaló que hay estudios hechos por la Fundación Bengoa que hablan de una "diferencia notable" en los niveles de nutrición entre los habitantes de ciudades grandes como Caracas o Maracaibo y los que viven en poblados del estado Apure.
"En las comunidades pobres de Caracas o Maracaibo prevalece el sobrepeso, también se ve desnutrición, pero en las comunidades pobres de Apure hemos encontrado hasta 34 % de desnutrición", apuntó
Después de años en inversión social y aumento de las rentas más bajas, los niños venezolanos no se mueren de hambre pero son vulnerables a sufrir enfermedades por alimentarse mal y pueden esconder, detrás una buena apariencia, importantes carencias nutricionales.
En las zonas populares del país rara vez se comen frutas o vegetales, en cambio, se prefieren las harinas refinadas y fritas, los niños toman café, que además de ser un estimulante inhibe la absorción de hierro y calcio, mientras las proteínas se ven poco.
El tema de la alimentación ha sido un punto de honor para la llamada "revolución bolivariana" que propugnó el fallecido presidente Hugo Chávez (1999-2013) y que ahora continúa el actual jefe de Estado, Nicolás Maduro, que creó incluso programas sociales para vender alimentos a bajo precio en las zonas populares.
De hecho, en junio pasado, la Organización Mundial para la Agricultura y Alimentación (FAO) premió a Venezuela por sus avances en la lucha contra el hambre, algo criticado desde la oposición que asegura que en el país se come mal.
Profesionales de la nutrición aseguran que si bien el venezolano tiene acceso a los alimentos, por habitar en un país en desarrollo sufre las afecciones propias de la pobreza y otras que afectan al primer mundo: desnutrición y obesidad.
Esa "doble carga" fue abordada por los especialistas que participaron en el Congreso Internacional de Nutrición y Salud recién celebrado en Caracas y que mostró, además, que en las grandes ciudades del país se observan más personas con sobrepeso y en el interior más afectados con desnutrición.
La médico especializada en Nutrición Marianella Herrera aseguró a Efe que a pesar del premio que dio la FAO a Venezuela "no se ha erradicado la desnutrición".
Los últimos datos oficiales en la materia fueron anunciados por el estatal Instituto Nacional de Nutrición (INN) en 2009 tras analizar a 10.000 niños y adolescentes en todo el país, estudio que reveló que hay 20 % de sobrepeso y obesidad y 16 % de desnutrición en la población de 5 a 16 años.
Herrera destaca que estos datos ya reflejaban la doble carga y hace mención al estudio presentado por el Centro de Estudios del Desarrollo de la Universidad Central de Venezuela (CENDES-UCV) en el Congreso de Obesidad Infantil que se celebró en Texas en 2012 sobre "alteración de grasa corporal" en niñas en situación de abandono.
"Es interesante que muchas de estas niñas que hemos evaluado en diferentes estudios, algunas tienen un peso o un índice de masa corporal normal y cuando vamos al detalle de composición corporal vemos que la grasa está alterada", dice la también investigadora del CENDES.
"Entonces es un niño que luce flaquito pero tiene una proporción de grasa mucho más grande", dice, y señala que esta alteración de la grasa tendría que ver con una inadecuada alimentación desde temprana edad, e incluso desde el útero.
Asimismo, destacó que en el país hay personas obesas con "hambre oculta", una clasificación que se aplica a aquellos que no lucen desnutridos pero tienen déficit de nutrientes.
La pediatra y especialista en nutrición Mercedes López explica que si bien ya no hay desnutrición "aguda" pues "ya no se ve el niño que se muere de hambre" si se observa al pequeño "que se enferma hasta seis veces al año por una desnutrición crónica y que tiene una talla más baja para su edad".
La especialista, que además forma parte del equipo de investigación de la Fundación Bengoa que se ocupa de estudiar y formar a poblaciones pobres de Venezuela en materia de nutrición, mencionó una investigación focal de la Universidad Simón Bolívar en el que se analizaron poblados cercanos a Caracas publicado en 2011.
López comentó que según esta investigación, las comunidades periurbanas de los municipios caraqueños de Baruta y El Hatillo que viven en barrios no muy bien estructurados se encontró un porcentaje de talla baja nutricional entre 40 y 60 % en niños "y eso es grave" y 90 % de obesidad en adultos, sobre todo en mujeres.
También señaló que hay estudios hechos por la Fundación Bengoa que hablan de una "diferencia notable" en los niveles de nutrición entre los habitantes de ciudades grandes como Caracas o Maracaibo y los que viven en poblados del estado Apure.
"En las comunidades pobres de Caracas o Maracaibo prevalece el sobrepeso, también se ve desnutrición, pero en las comunidades pobres de Apure hemos encontrado hasta 34 % de desnutrición", apuntó