Japón volverá a modificar en los libros de texto el tratamiento de episodios polémicos de la expansión colonialista nipona en Asia para que incluyan también opiniones que cuestionan la gravedad de los crímenes de guerra.
La medida promete desatar protestas de países que sufrieron la brutalidad del expansionismo nipón en el siglo XX, especialmente China y Corea del Sur, como ha sucedido cuando anteriores gabinetes del gobernante Partido Liberal Demócrata (PLD) rebajaron en los libros de texto la gravedad de los crímenes cometidos por Japón.
Las actuales directrices en cuanto a los textos de "historia" y "sociedad moderna" obligan a no incluir afirmaciones categóricas con respecto a eventos históricos sobre los que exista más de una interpretación.
Esto supuestamente busca no desatar las iras de Pekín y Seúl a la hora de citar eventos como la matanza de 1937 en Nanjing (China) o la implicación del ejército imperial en el secuestro de cientos de miles de mujeres asiáticas (especialmente en la península coreana) para convertirlas en esclavas sexuales a principios del siglo XX.
Ahora el ejecutivo del conservador Shinzo Abe pretende ofrecer perspectivas teóricamente más imparciales al introducir posturas a favor o en contra de determinadas interpretaciones de episodios históricos, informó hoy el diario Yomiuri.
El hecho de que el Ejecutivo, que cuestiona el alcance de ambos crímenes por parte de las tropas imperiales, vaya a incluir su postura al respecto promete desatar las críticas de ambos países vecinos.
Con las nuevas directrices, el Gobierno pretende incluir también su criterio en relación a las islas cuya soberanía se disputa con China y Corea del Sur.
Además, se buscará que los libros de texto incluyan más materiales que inciten a los niños a ser más patrióticos y respetuosos con la cultura tradicional.
Después de que el Ministerio de Educación diera luz verde al nuevo plan, el actual Gobierno revisará las directrices para los volúmenes de ciencias sociales de primaria y secundaria para que entren en vigor durante el próximo curso académico, que comienza en abril.
Todo libro revisado a partir de esta fecha deberá ser modificado si no atiende a estos preceptos, explicaron por su parte representantes del Ejecutivo a la agencia Kyodo.
El actual primer ministro ya ha sido criticado anteriormente por sus posturas conservadoras y revisionistas y por su papel promotor en una asociación que editó libros de texto que rebajaban los crímenes militares y que fueron adquiridos por colegios privados en Japón.
EFE