La llama olímpica llegó a la ciudad rusa de Sochi, dos días antes de la inauguración de losXXII Juegos Olímpicos de Invierno y tras recorrer casi 65.000 kilómetros en 120 días.
La llama paseará durante los próximos tres días por las calles de Sochi, surcará a bordo de un yate las aguas del mar Negro y también ascenderá las montañas de Krásnaya Poliana en un total de 44,3 kilómetros.
Entre los relevistas que portarán la llama de los Juegos de Sochi figuran el cosmonauta Serguéi Krikaliov, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, el ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigu, o la campeona olímpica de patinaje Tatiana Navka.
Hoy le tocó el turno al legendario pertiguista ucraniano Serguéi Bubka, que fue este año uno de los candidatos a presidir el Comité Olímpico Internacional y que portó la antorcha por las calles del puerto de Adler.
Como es habitual, la gran incógnita de la ceremonia de inauguración de los primeros Juegos Blancos que organiza este país será la identidad del deportista que encenderá el pebetero olímpico.
El presidente ruso, Vladímir Putin, aseguró ayer que no será él el elegido para encender el pebetero durante la inauguración, que podrá ser vista por televisión por más de 3.000 millones de personas.
EFE
Entre los relevistas que portarán la llama de los Juegos de Sochi figuran el cosmonauta Serguéi Krikaliov, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, el ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigu, o la campeona olímpica de patinaje Tatiana Navka.
Hoy le tocó el turno al legendario pertiguista ucraniano Serguéi Bubka, que fue este año uno de los candidatos a presidir el Comité Olímpico Internacional y que portó la antorcha por las calles del puerto de Adler.
Como es habitual, la gran incógnita de la ceremonia de inauguración de los primeros Juegos Blancos que organiza este país será la identidad del deportista que encenderá el pebetero olímpico.
El presidente ruso, Vladímir Putin, aseguró ayer que no será él el elegido para encender el pebetero durante la inauguración, que podrá ser vista por televisión por más de 3.000 millones de personas.
EFE