Viernes. Ocho de la tarde. Ronda de cañas con los amigos después de una semana de tintes bélicos en la oficina y allí, desde el fondo del bar, uno divisa la silueta de su querido jefe buscando hacerse un hueco en el local obligándote a diseñar una evasión exprés para evitar un encuentro indeseable.
Exnovias, compañeros de trabajo, vecinos o aquella chica del barrio que intentaste cautivar con demasiada insistencia el pasado sábado con cuatro gin tonics de más encima. El listado se extiende tanto como la ecléctica variedad de personas con las que a uno le gusta verse lo justo y necesario. Más de uno habrá pensado lo útil que sería tenerlos monitorizados y poder saber cuándo se acercan peligrosamente para poner los pies en polvorosa. Una demanda que ahora trata de satisfacer Cloak, una aplicación para «smartphones»que indica la posición de ese sujeto señalado como «non grata».
Esta red antisocial, como la han bautizado los padres de la criatura, es una herramienta atípica teniendo en cuenta que nace en pleno mandato del social media. Un mundo paralelo en la tónica general es coleccionar contactos en Facebook como si de un torneo pokémon se tratase e ir agregando al perfil gente entre promesas de organizar una quedada que nunca llega. Ese es el público de este programa. «Muchas veces no los eliminas por dos motivos: es la persona de la que depende tu sueldo o un conocido con varios amigos en común», dice Chris Baker, cofundador de Cloak, quien subraya la creciente tendencia de crear instrumentos «antisociales», tras el vasto éxito de la gran «F» de Mark Zuckerberg o el jilguero más conocido del ciberespacio.
El funcionamiento es extremadamente sencillo: escruta la información que ofrecen Foursquare e Instagram, procesa y pinta sobre un plano las distintas ubicaciones pudiendo delimitar un área geográfica -de metros o kilómetros- donde salten las notificaciones si llega algún intruso. «Las añadiremos a lo largo de esta semana», adelanta Baker al ser preguntado por la ausencia de registros de Twitter y Facebook, aunque confiesa que no van a acceder a tanto material como se podría presuponer.
«En el primer caso, los datos de geolocalización suelen ser vagos y la mayor parte de los usuarios han desactivado esta opción.En el segundo, hay incluso menos información», argumenta. Cloak -que se puede traducir como capucha o capa- debutó en la App Store de Apple el pasado 17 de marzo y, cuando todavía no se ha cumplido un mes del estreno, ya ha superado holgadamente la barrera de las 200.000 usuarios.
«Creo que somos conscientes de que hemos renunciado a nuestra privacidad», explica este ingeniero. «Pero en nuestro caso, eso es importante ya que utilizamos este sacrificio online para alcanzar la intimidad real en el mundo», añade.
Chris Baker, que en este proyecto se ha asociado con Brian Moore, cuenta con un frondoso currículum en el que sobresalen hitos como ser director creativo de Buzzfeed y un buen puñado de estrafalarias creaciones digitales. Una de ellas es «Hate with Friends», un espacio en internet en el que se puede señalar el odio por alguno de los contactos y conocer si es recíproco.
«Nos encanta meternos en los perfiles de aquellos que no nos caen bien y comparar nuestras vidas», justifica también el autor de un 'plugin' que sustituía las fotos de los recién nacidos que colgaban sus contactos por imágenes cómicas y ridículas, harto de verlas cada vez que se conectaba en Facebook. «Apenas publico nada.Twitter solo lo utilizo para chistes y comentarios divertidos», dice sobre sus diferentes perfiles. «Recientemente he hecho 440 unfollowed'. Es una locura necesaria. Mi nueva norma es no agregar a la gente porque estén a mi alrededor. No necesito escuchar lo mismo 50 veces».
ABC