Cerca de 120 familiares de presos están retenidos y cuatro carceleros tomados como rehenes en una prisión de la ciudad brasileña de Aracajú, capital de Sergipe (noreste) desde hace unas 22 horas, donde los reclusos permanecen amotinados desde la mañana del sábado, informaron hoy fuentes oficiales.
El motín se produjo en Complejo Penitenciario Abogado Jacinto Filho (Compajaf) durante el horario de visitas de familiares, según informó la Secretaría de Seguridad Pública de Sergipe.
Los presidiarios mantienen como rehenes a cuatro carceleros, uno de los cuales estaría herido, aunque no de gravedad, e impiden la salida del penal a los familiares.
El comandante general de la Polícia Militar de Sergipe, Mauricio Iunes, dijo que no se considera que los familiares sean rehenes porque los presidiarios no les amenazan.
"Los familiares no son considerados rehenes, a pesar de que se les impide salir de la unidad. En realidad son potenciales rehenes porque muchos pueden estar allí para proteger a los parientes presos. Tampoco creemos que los presidiarios vayan a herir a sus propias familias", manifestó Iunes a medios locales.
En cambio, "a los agentes penitenciarios los llamamos rehenes porque están siendo amenazados", añadió.
La policía negoció durante todo el sábado con los reclusos, pero éstos se negaron a deponer las armas y a liberar a las personas que mantienen retenidas desde las 11.00 hora local (14.00 GMT) de ese día.
EFE
El motín se produjo en Complejo Penitenciario Abogado Jacinto Filho (Compajaf) durante el horario de visitas de familiares, según informó la Secretaría de Seguridad Pública de Sergipe.
Los presidiarios mantienen como rehenes a cuatro carceleros, uno de los cuales estaría herido, aunque no de gravedad, e impiden la salida del penal a los familiares.
El comandante general de la Polícia Militar de Sergipe, Mauricio Iunes, dijo que no se considera que los familiares sean rehenes porque los presidiarios no les amenazan.
"Los familiares no son considerados rehenes, a pesar de que se les impide salir de la unidad. En realidad son potenciales rehenes porque muchos pueden estar allí para proteger a los parientes presos. Tampoco creemos que los presidiarios vayan a herir a sus propias familias", manifestó Iunes a medios locales.
En cambio, "a los agentes penitenciarios los llamamos rehenes porque están siendo amenazados", añadió.
La policía negoció durante todo el sábado con los reclusos, pero éstos se negaron a deponer las armas y a liberar a las personas que mantienen retenidas desde las 11.00 hora local (14.00 GMT) de ese día.
EFE