retraso en la construcción de nuevos tanques para almacenar agua radiactiva procesada, lo quedará lugar a una mayor acumulación de líquido altamente contaminado.
Se trata de un nuevo inconveniente en la gestión de la ingente cantidad de agua radiactiva que genera la planta, que constituye uno de los principales desafíos que afronta TEPCO, tras el accidente nuclear causado por el terremoto y el tsunami de marzo de 2011.
TEPCO se había fijado como objetivo aumentar su capacidad de almacenamiento de agua radiactiva desde las 500.000 toneladas hasta las 800.000 para finales de marzo, un objetivo que no ha podido lograrse por la falta de maquinaria pesada necesaria, según informó la agencia Kyodo.
Los nuevos bidones tienen la función de almacenar agua filtrada por el sistema de descontaminación en fase de pruebas, que retira gran parte de los materiales radiactivos del líquido empleado para refrigerar los reactores de planta.
No obstante, debido al retraso en la construcción, TEPCO tendrá que enviar el líquido ya procesado a tanques que fueron empleados antes para almacenar agua altamente radiactiva, lo que provocará una nueva contaminación del líquido.
La central planea ahora acelerar la construcción de nuevas cisternas durante agosto y septiembre para cubrir las crecientes necesidades de contener el agua radiactiva generada diariamente en la planta.
Por otra parte, los sótanos de los edificios de los reactores acumulan cada día 400 nuevas toneladas de líquido contaminado, parte de las cuales van a parar después al mar por efecto del rebalsamiento.
Esta acumulación es producto de los acuíferos subterráneos, que penetran en las estructuras de los edificios donde se mezclan con el agua contaminada que filtran los reactores, y que se ha utilizado previamente como refrigerante.
TEPCO también cuenta con el problema de la falta para los miles de tanques repartidos por la planta, y debido a ello planea comenzar a realizar esta semana vertidos controlados al mar, de agua con bajos niveles de radiación.
Las cofradías de pescadores de Fukushima aceptaron la decisión después de meses de conversaciones con TEPCO, bajo la condición de que los niveles de contaminación de agua estén por debajo del límite que marca la ley para vertidos de este tipo.
EFE