Un total de 13 pacientes menores de edad han muerto en un hospital de Tokio en los últimos cinco años tras inyectárseles un sedante cuyo uso está prohibido en niños bajo respiración asistida, anunciaron los responsables del centro médico.
La relación entre los fallecimientos y el uso de propofol -un anestésico intravenoso de corta duración- fue confirmada el jueves en rueda de prensa por los directores del Hospital de la Universidad femenina de Shinjuku (Tokio), informaron los medios japoneses.
Los médicos responsables admitieron que en el hospital se registraron doce muertes de niños menores de 15 años entre 2009 y 2013 después de recibir inyecciones del fármaco mientras se encontraban con ventilación artificial, una práctica prohibida en Japón.
Estos doce casos han salido a la luz después de que un niño de dos años muriera el pasado mes de febrero en el hospital tras administrársele propofol mientras se encontraba en cuidados intensivos, lo que eleva a 13 el total de muertes infantiles relacionadas con el sedante.
El director del hospital, Atsushi Nagai, y su presidente, Toshimasa Yoshioka, afirmaron que hay indicios que apuntan a una "relación de causa y efecto" entre el sedante y el último fallecimiento, en declaraciones recogidas por el diario "Mainichi".
Asimismo, reconocieron que los otros doce menores fallecidos habían recibido inyecciones del fármaco prohibido, aunque precisaron que la principal causa de sus muertes fueron infecciones.
Previamente, el responsable de la escuela médica del hospital, Yuichi Takakuwa, afirmó que el fármaco se había administrado a un total de 63 menores que se encontraban con respiración asistida en el hospital.
Takakawa criticó esta práctica ilegal y señaló que el centro médico "se tomó a la ligera" las vidas de los menores, en una rueda de prensa ofrecida el pasado día 6 y sin la autorización de sus superiores.
Los responsables del hospital han encargado a expertos externos una investigación detallada de cada caso para aclarar si hubo un vínculo directo entre los decesos y el propofol.
Por su parte, la Policía Metropolitana de la capital nipona está analizando la situación bajo la sospecha de que las muertes hayan sido causadas por negligencia médica, según el diario "Yomiuri".
La relación entre los fallecimientos y el uso de propofol -un anestésico intravenoso de corta duración- fue confirmada el jueves en rueda de prensa por los directores del Hospital de la Universidad femenina de Shinjuku (Tokio), informaron los medios japoneses.
Los médicos responsables admitieron que en el hospital se registraron doce muertes de niños menores de 15 años entre 2009 y 2013 después de recibir inyecciones del fármaco mientras se encontraban con ventilación artificial, una práctica prohibida en Japón.
Estos doce casos han salido a la luz después de que un niño de dos años muriera el pasado mes de febrero en el hospital tras administrársele propofol mientras se encontraba en cuidados intensivos, lo que eleva a 13 el total de muertes infantiles relacionadas con el sedante.
El director del hospital, Atsushi Nagai, y su presidente, Toshimasa Yoshioka, afirmaron que hay indicios que apuntan a una "relación de causa y efecto" entre el sedante y el último fallecimiento, en declaraciones recogidas por el diario "Mainichi".
Asimismo, reconocieron que los otros doce menores fallecidos habían recibido inyecciones del fármaco prohibido, aunque precisaron que la principal causa de sus muertes fueron infecciones.
Previamente, el responsable de la escuela médica del hospital, Yuichi Takakuwa, afirmó que el fármaco se había administrado a un total de 63 menores que se encontraban con respiración asistida en el hospital.
Takakawa criticó esta práctica ilegal y señaló que el centro médico "se tomó a la ligera" las vidas de los menores, en una rueda de prensa ofrecida el pasado día 6 y sin la autorización de sus superiores.
Los responsables del hospital han encargado a expertos externos una investigación detallada de cada caso para aclarar si hubo un vínculo directo entre los decesos y el propofol.
Por su parte, la Policía Metropolitana de la capital nipona está analizando la situación bajo la sospecha de que las muertes hayan sido causadas por negligencia médica, según el diario "Yomiuri".
EFE