Con el cuchillo entre los dientes, los guerreros heridos sabían que era momento de cobrar venganza; entonces la estocada final tenía que darse y no había otro mas que él para que pudiese anotar. Arjen Robben olvidó los fantasmas de la final del Mundial pasado y recibió la pelota en el cajón grande del área, se dio vuelta, controló el balón y se sacó a un defensor, todo eso en fracción de segundos.
Luego faltaba superar el último obstáculo, Iker Casillas, arrodillado, intentando sacarle la pelota de los pies no pudo más que seguirlo y gatear con él. Al final, Robben se hizo un espacio y desenfundó el sablazo: la pelota fue a morir al fondo de las redes y el estadio ahogado en un solo grito de gol ya celebraba.
Por un día, los brasileños también se sintieron holandeses y la venganza pudo consumarse. Saldadas las cuentas los fantasmas ahora opacan a esta España deslucida que deberá trabajar mucho para volver al nivel que nos tiene acostumbrados. Aquí te dejamos el vídeo del quinto gol de Holanda para que lo puedas ver.
