Según informaciones iniciales, más de 130 personas murieron y unas
15.000 fueron obligadas a desplazarse a Maiduguri, la capital de Borno, o
a las localidades vecinas.
Djinnit instó a las autoridades nigerianas a hacer todo lo posible
para detener el ciclo de violencia y presentar ante la justicia a los
responsables.
Asimismo, reiteró el apoyo de Naciones Unidas a una cooperación
regional efectiva para poner fin a la amenaza terrorista que representan
los ataques de Boko Haram.