AFP.- El orgullo de los hinchas en Argentina por la decorosa faena de la selección en el Mundial de Brasil-2014, se desvanecía el lunes al caer el telón de la fiesta del fútbol y volver a la luz una débil economía y el peligro de una moratoria de la deuda.
Decenas de miles de argentinos consagraron en las calles su romance con un equipo de gladiadores que cayó con honor en la final por 1-0 ante la poderosa Alemania, pero el Mundial llegó a su fin y la alta inflación vuelve al primer plano.
“Los temas que preocupan a la sociedad no desaparecen durante el Mundial, pero tienen un menor valor relativo”, comentó a la AFP el sociólogo Ricardo Rouvier, director de la consultora homónima y profesor en la estatal Universidad de Lomas de Zamora.
El coste de vida acumuló una subida oficial del 13,5% en los primeros cinco meses del año y se perfila un índice superior al 30% anual, según las consultoras, aunque la retracción del consumo podría atenuarlo.
Excitados, conmovidos, angustiados, eufóricos y apasionados, millones de argentinos sufrieron y gozaron con la Argentina de Lionel Messi, en una Copa del Mundo que los medios convirtieron, como siempre, en un tsunami de imágenes y palabras que todo lo tapa.
Mientras tanto, la bajada del consumo, columna vertebral del modelo económico de la presidenta, Cristina Kirchner, registra “una baja acumulada del 7% en el primer semestre”, según la cámara patronal de comercio CAME.
El fuego artificial del Mundial
Los fuegos artificiales del Mundial aún ardían el lunes, tal vez porque hacía 24 años que la ‘Albiceleste’ no jugaba una final, desde la perdida también con Alemania por 1-0 en Italia-1990 y 28 años de la última copa, ganada en México-1986.
“Ahora va ir perdiendo interés el Mundial, de a poco cada día y la gente se va a ir bajando de esa especie de autobús, hasta que quede sólo el núcleo duro, del futbolero que se desvive por su equipo favorito”, agregó Rouvier.
Los jugadores llegaron el lunes al aeropuerto de Ezeiza y fueron hasta el predio deportivo y residencial de la federación, a través de un mar de gente que les agradecía el esfuerzo en el campor.
Sin embargo, el nuevo desafío de Argentina es un choque sumamente arriesgado, dentro de 16 días, en lo que se ha dado en llamar la batalla legal contra los fondos especulativos ante la Justicia de EEUU.
Un juez de Nueva York ordenó al país pagarle el 100% en efectivo de una deuda de 1.330 millones de dólares a empresas que en la jerga financiera se las conoce como ‘buitres’ por comprar bonos en mora a precio vil y litigar en los tribunales sin aceptar reestructuraciones.
“El desenlace de las negociaciones por la deuda argentina es un factor muy decisivo. El precio de la soja (principal cultivo) a la baja es otro problema coyuntural, pero lo decisivo es el momento recesivo, con los problemas críticos de nivel de empleo e inflación”, dijo a la AFP el sociólogo y profesor universitario Manuel Mora y Araujo.
Otra final en ciernes
El 30 de julio vence la última fecha para pagar 532 millones de dólares a los bonistas que aceptaron los cambios de 2005 y 2010, pero el juez Thomas Griesa bloqueó este pago si en simultáneo no se abona a los acreedores rebeldes.
El callejón en que está atrapada Argentina es que si paga a los fondos el 100% de la deuda, se dispara una cláusula que le obliga a pagarle al resto de los acreedores lo mismo. La cantidad total se elevaría a unos 120.000 millones de dólares, según la consultora Bein y Asociados.
En tal escenario, la reestructuración que apoyó el 93% de los acreedores para normalizar la gigantesca moratoria por casi 100.000 millones de dólares de 2001 se desplomaría como un castillo de naipes.
“¿Cómo está la sociedad? Está la negociación muy delicada con los ‘buitres’, aunque la expectativa no alcanza a toda la sociedad, sino que se focaliza en sectores económicos, analistas y políticos”, afirmó Rouvier.