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lunes, 22 de diciembre de 2014

Reportaje DPA: Messi, de la frustración de Brasil a los récords en el Barcelona

(Buenos Aires, 22 de diciembre. DPA).- El rostro de Lionel Messi al recibir el Balón de Oro al mejor jugador del Mundial de Brasil 2014 resumió todo. La frustración de haberse quedado a un paso de ganar con la selección argentina el único título que le faltaba. La certeza de que sin la Copa en las manos, aquel galardón personal carecía de sentido pese a que dio sobradas muestras de su genialidad futbolística.
El capitán de la selección argentina asumió la responsabilidad, y también la presión, e hizo todo lo que estuvo a su alcance. Convirtió los goles necesarios en los momentos clave que clasificaron al conjunto de Alejandro Sabella a la etapa definitoria.
Se adaptó también a los cambios que obligaron las lesiones de sus socios en el ataque argentino, Sergio Agüero y Ángel Di María, y que llevaron a la selección ofensiva de Messi a convertirse en la de contención de Javier Mascherano.
A fuerza de trabajo conjunto, Argentina llegó hasta la final con la ilusión del tricampeonato ante su verdugo en 1990, 2006 y 2010, Alemania. Lejos de su posición preferida, la “Pulga” aceptó resignar capacidad de gol y desempeñar un papel al que no estaba acostumbrado para correr, cerrar espacios y jugarle de igual a igual a la potencia germana que venía de humillar a Brasil.
“Merecíamos un poco más después del partido que hicimos”, lamentó un Messi agotado tras caer 1-0 en la final ante Alemania. Y en ese instante reconoció que la distinción al mejor jugador del Mundial le importó poco. “En estos momentos no me importa nada el premio ese, sólo levantar la copa”.
Messi vivió un 2014 muy intenso, con altibajos, sin títulos ni con la selección argentina ni con el Barcelona, pero con nuevos récords históricos. Se vio involucrado también por primera vez en investigaciones judiciales en España por la supuesta evasión de impuestos.
Capitán indiscutido de la Argentina de Sabella, conquistador al fin de la antes esquiva apasionada hinchada albiceleste, el delantero empezó el año en recuperación de una lesión que lo tuvo largas semanas afuera del Barcelona. Un período de descanso, también, en la agotadora agenda de la “Pulga” que buscaba llegar en el mejor nivel a Brasil.
El Messi del cierre del año fue el que Martino habría necesitado en el Barcelona y Sabella en la final del Mundial: un goleador implacable que anotó ocho de sus últimos nueve tantos de 2014 con la pierna derecha, la menos hábil del crack que lleva el “10″.En enero también se interrumpió la histórica racha de cuatro Balones de Oro de la FIFA, que este año fue para Cristiano Ronaldo. La era post Josep Guardiola en el Barcelona no fue sencilla. Tampoco para Messi, que no logró ser el “plus” que Gerardo Martino necesitaba. El entrenador argentino se fue una temporada antes de lo previsto, vencido por entorno de un club que no lo quería.
Tanto hace Messi a lo largo de un año, que a veces se pierde la perspectiva. ¿Se le puede cuestionar un 2014 en el que jugó la final del Mundial y se dedicó a seguir rompiendo marcas individuales?
El argentino se convirtió en el máximo goleador de todos los tiempos de la liga de España y de la Liga de Campeones de Europa, aunque los 58 goles que anotó este año parezcan pocos al lado de los 96 que marcó en 2012.
El delantero argentino tiene una capacidad innata para reinventarse y perseguir sus sueños. A sus 27 años, Messi sigue siendo el mismo chico de Rosario que sólo quiere jugar al fútbol y que, como lo describió el escritor uruguayo Eduardo Galeano, es “capaz de tener una pelota dentro del pie”.
La “Pulga” se fijó ya su nueva meta con la camiseta albiceleste: “Nuestro objetivo es ganar la Copa América”. Quiere darle el primer título grande a la Argentina después de 22 años de sequía. El certamen continental se jugará en 2015 en Chile con Martino como seleccionador argentino, oportunidad de revancha para ambos tras la decepción en Barcelona.