En la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos se valió de un "ejército fantasma" formado por artistas y diseñadores que, utilizando artimañas como tanques hinchables y efectos de sonido, logró engañar en varias ocasiones a las tropas de la Alemania de Hitler y
facilitar la victoria de los aliados.
Desde este domingo y hasta el próximo 26 de junio, el arte de esos inesperados héroes de guerra puede verse en la galería Salmagundi de Nueva York.
En la muestra hay retratos, caricaturas y numerosos paisajes y escenas de las áreas de Francia en las que los soldados estuvieron destacados, elaboradas en acuarela, tinta o carboncillo.
Todos, creados en los tiempos muertos entre misión y misión que los miembros de la llamada "Ghost Army" ("Ejército Fantasma", en inglés) tuvieron durante su estancia en Europa, entre 1944 y 1945.
Conocida oficialmente como la "23rd Headquarters Special Troops", esta unidad de 1.100 hombres comenzó sus operaciones poco después del desembarco de Normandía con el fin de facilitar el avance de las tropas estadounidenses rumbo a Alemania.
Su misión era despistar a las fuerzas nazis, haciendo creer a los alemanes que el peligro les venía de un sitio cuando realmente la ofensiva se producía a millas de distancia o simulando la presencia de miles de militares donde sólo había unos pocos.
Para ello, los artistas, diseñadores y técnicos de sonido reclutados para la "Ghost Army" se valieron de todo tipo de trucos. Desde tanques hinchables que desde la distancia se confundían con acorazados reales a grabaciones de audio que proyectadas a través de grandes altavoces hacían pensar en el avance de las tropas en un lugar en el que no había nadie.
Esa tramoya fue en muchos casos acompañada de verdadero teatro, por ejemplo, moviendo estratégicamente en círculos un puñado de vehículos para crear la ilusión de que toda una unidad de infantería estaba siendo trasladada.
O con actores paseándose por pueblos franceses liberados haciéndose pasar por generales de otras divisiones para engañar a los espías alemanes.
En total, la unidad participó en 20 operaciones que, según algunos expertos, pudieron salvar miles de vidas estadounidenses.
"Comenzamos como una unidad de camuflaje y terminamos como una unidad de engaño", explicó a Efe Arthur Shilstone, uno de los pocos supervivientes del "Ejército Fantasma", en la inauguración de la muestra.
Según Shilstone, que tras la guerra trabajó como ilustrador para prestigiosas revistas y para la NASA, el grupo estaba formado por algunas de las mejores cabezas del Ejército,reclutadas en prestigiosas escuelas como la Cooper Union y el Instituto Pratt, pero el trabajo del día a día "no era muy sofisticado".
"Chimpancés podrían haber hecho lo que hicimos nosotros", bromeó el veterano de guerra, de 93 años, y que durante años permaneció en contacto con varios de sus compañeros en el Ejército que se instalaron en el área de Nueva York.
Shilstone recuerda que la unidad tuvo pocas bajas durante sus misiones, pero asegura que si los alemanes hubiesen descubierto el engaño podrían haber arrasado rápidamente con ellos.
La labor de este "Ejército Fantasma" permaneció durante décadas en secreto, hasta que en 1996 las autoridades desclasificaron la documentación. Un documental estrenado en 2013 arrojó más luz sobre esta peculiar unidad, en la que profundiza un nuevo libro publicado este año.
La exposición de Nueva York se aleja de lo puramente militar y se centra en la obra artística de sus miembros, que en muchos casos tuvieron tras la guerra exitosas carreras.
Por la "Ghost Army" pasaron, entre otros, el diseñador de moda Bill Blass, el ilustrador Arthur Singer y el diseñador Jack Masey.
En la pequeña muestra pueden verse obras de una veintena de artistas junto a fotografías y recuerdos de una unidad que a través del ingenio fue capaz de burlar a la Alemania nazi.
Desde este domingo y hasta el próximo 26 de junio, el arte de esos inesperados héroes de guerra puede verse en la galería Salmagundi de Nueva York.
En la muestra hay retratos, caricaturas y numerosos paisajes y escenas de las áreas de Francia en las que los soldados estuvieron destacados, elaboradas en acuarela, tinta o carboncillo.
Todos, creados en los tiempos muertos entre misión y misión que los miembros de la llamada "Ghost Army" ("Ejército Fantasma", en inglés) tuvieron durante su estancia en Europa, entre 1944 y 1945.
Conocida oficialmente como la "23rd Headquarters Special Troops", esta unidad de 1.100 hombres comenzó sus operaciones poco después del desembarco de Normandía con el fin de facilitar el avance de las tropas estadounidenses rumbo a Alemania.
Su misión era despistar a las fuerzas nazis, haciendo creer a los alemanes que el peligro les venía de un sitio cuando realmente la ofensiva se producía a millas de distancia o simulando la presencia de miles de militares donde sólo había unos pocos.
Para ello, los artistas, diseñadores y técnicos de sonido reclutados para la "Ghost Army" se valieron de todo tipo de trucos. Desde tanques hinchables que desde la distancia se confundían con acorazados reales a grabaciones de audio que proyectadas a través de grandes altavoces hacían pensar en el avance de las tropas en un lugar en el que no había nadie.
Esa tramoya fue en muchos casos acompañada de verdadero teatro, por ejemplo, moviendo estratégicamente en círculos un puñado de vehículos para crear la ilusión de que toda una unidad de infantería estaba siendo trasladada.
O con actores paseándose por pueblos franceses liberados haciéndose pasar por generales de otras divisiones para engañar a los espías alemanes.
En total, la unidad participó en 20 operaciones que, según algunos expertos, pudieron salvar miles de vidas estadounidenses.
"Comenzamos como una unidad de camuflaje y terminamos como una unidad de engaño", explicó a Efe Arthur Shilstone, uno de los pocos supervivientes del "Ejército Fantasma", en la inauguración de la muestra.
Según Shilstone, que tras la guerra trabajó como ilustrador para prestigiosas revistas y para la NASA, el grupo estaba formado por algunas de las mejores cabezas del Ejército,reclutadas en prestigiosas escuelas como la Cooper Union y el Instituto Pratt, pero el trabajo del día a día "no era muy sofisticado".
"Chimpancés podrían haber hecho lo que hicimos nosotros", bromeó el veterano de guerra, de 93 años, y que durante años permaneció en contacto con varios de sus compañeros en el Ejército que se instalaron en el área de Nueva York.
Shilstone recuerda que la unidad tuvo pocas bajas durante sus misiones, pero asegura que si los alemanes hubiesen descubierto el engaño podrían haber arrasado rápidamente con ellos.
La labor de este "Ejército Fantasma" permaneció durante décadas en secreto, hasta que en 1996 las autoridades desclasificaron la documentación. Un documental estrenado en 2013 arrojó más luz sobre esta peculiar unidad, en la que profundiza un nuevo libro publicado este año.
La exposición de Nueva York se aleja de lo puramente militar y se centra en la obra artística de sus miembros, que en muchos casos tuvieron tras la guerra exitosas carreras.
Por la "Ghost Army" pasaron, entre otros, el diseñador de moda Bill Blass, el ilustrador Arthur Singer y el diseñador Jack Masey.
En la pequeña muestra pueden verse obras de una veintena de artistas junto a fotografías y recuerdos de una unidad que a través del ingenio fue capaz de burlar a la Alemania nazi.
EFE