Se define alcoholismo al síndrome de dependencia o adicción al alcohol etílico. La adicción o dependencia, es el conjunto de fenómenos del comportamiento, cognoscitivos y fisiológicos, que se desarrollan luego del consumo repetido de una sustancia psicoactiva, dentro de ellas el alcohol, lo que a la postre origina el alcoholismo.
Causas y factores de riesgo
La adicción o dependencia, es el conjunto de fenómenos del comportamiento, cognoscitivos y fisiológicos, que se desarrollan luego del consumo repetido de una sustancia psicoactiva, dentro de ellas el alcohol.
Una sustancia psicoactiva, psicotrópica o droga, es una sustancia que altera algunas funciones mentales y a veces físicas, que al ser consumida reiteradamente tiene la posibilidad de dar origen a una adicción.
Estos productos incluyen los estupefacientes y psicotrópicos clasificados en la Ley General de Salud, aquellos de uso médico, los de uso industrial, los derivados de elementos de origen natural, los de diseño, así como el tabaco y las bebidas alcohólicas.
Un adicto o farmacodependiente, es aquella persona con dependencia a una o más sustancias psicoactivas.
Una bebida alcohólica, a aquella que contiene alcohol etílico en una proporción de 2% y hasta un 55% en volumen.
También se incluye el consumo habitual y compulsivo de bebidas alcohólicas.
Esta enfermedad que consiste en padecer una fuerte necesidad de ingerir alcohol etílico, de forma que existe una dependencia física del mismo, manifestada a través de determinados síntomas de abstinencia cuando no es posible su ingesta.
El alcohólico no tiene control sobre los límites de su consumo y suele ir elevando a lo largo del tiempo su grado de tolerancia al alcohol.
El uso nocivo del alcohol y el alcoholismo en México, representan uno de los problemas de salud pública con mayor arraigo social, cuyos costos y consecuencias sociales y sanitarias impiden el desarrollo de familias y comunidades.
También está relacionado con problemas graves de índole social y del desarrollo, en particular la violencia, el descuido y maltrato de menores y el ausentismo laboral.
El uso nocivo de alcohol, además, está vinculado a lesiones intencionales; como suicidio y violencia, y no intencionales, como accidentes de tráfico, caídas, traumatismos, envenenamientos, entre otros.
En México la mayor parte de los problemas reportados se asocian a la condición de abuso más que con la dependencia, sin embargo, ambos trastornos tienen consecuencias negativas en la salud.
El alcohol sigue permaneciendo como una de las principales drogas de inicio; de quienes iniciaron con alcohol, algunos pasaron a una segunda sustancia.
Mundialmente, el alcohol es causante de más de 60 tipos de enfermedades entre las que destacan: cirrosis hepática, desórdenes neuropsiquiátricos, diabetes mellitus, cáncer, daños en el corazón, hígado, estómago y sistema nervioso; además, causa desnutrición y anemia.
En la mujer, durante el embarazo puede producir daños irreversibles en el bebé, como deformidades de cráneo y cara, retardo físico y mental, y bajo peso al nacer.
El consumo de alcohol es la principal causa de los accidentes de vehículo de motor (incluyendo accidentes de tránsito y atropellados). Dentro de éstos, el grupo de edad de 15 a 29 años ocupa el segundo lugar en las tablas de mortalidad general.
Entre la población mexicana, la cirrosis y otras enfermedades crónicas del hígado y el consumo de alcohol son las principales causas de años perdidos de vida saludable entre la población.
Se estima que casi la quinta parte de los accidentes laborales se relaciona con la ingesta de bebidas alcohólicas y se encuentra entre las 10 principales causas de discapacidad entre los trabajadores, que afectan directamente la productividad del empleado con altos impactos indirectos a la empresa.
Esta enfermedad puede ser aguda, como la intoxicación aguda (embriaguez) o crónica y afecta al sistema nervioso.
Síntomas
Llegados al punto en el que alguien se pueda a empezar a plantear si puede tener algunos síntomas de adicción al alcohol, alcoholismo, lo más probable es que la respuesta ya sea afirmativa.
Uno de las grandes dificultades que presenta esta adicción es reconocer conscientemente aquello que probablemente ya hace tiempo que inconscientemente se sabe, o se sospecha: que se tiene un problema con la bebida. Ha aparecido el alcoholismo.
Los trastornos mentales inducidos por el alcohol se puede clasificar en:
Trastornos cognitivos inducidos por el consumo de alcohol
- Agudos: Intoxicación etílica y delirium por abstinencia alcohólica
- Crónicos: Síndrome de Wernicke-Korsakoff y demencia alcohólica
Psicosis alcohólicas
- Alucinosis alcohólica
- Velotipia alcohólica
Otros trastornos psiquiátricos inducidos, xacerbados o relacionados con el consumo de alcohol.
Diagnóstico
El diagnóstico incluye una historia clínica; empleando pruebas y cuestionarios, y pruebas auxiliares de laboratorio y gabinete.
Pruebas para detectar abuso y dependencia al alcohol
Hay muchas pruebas para diagnosticar el alcoholismo, generalmente en forma de cuestionarios estandarizados que el paciente puede hacer por cuenta propia o en forma de una entrevista conducida por el médico.
Dado que las personas alcohólicas a menudo niegan su problema o mienten acerca de ello, las pruebas son diseñadas para obtener respuestas relacionadas con los problemas asociados con el beber en lugar de las cantidades de licor consumidas o de los hábitos específicos del beber.
La prueba más rápida toma sólo un minuto; se denomina la prueba de CAGE, una sigla para las siguientes preguntas: (C) intentos de reducir (Cut) el beber; (A) molestia (Annoyance) con críticas acerca del beber; (G) culpa (Guilt) acerca del beber; y (E) uso del alcohol por las mañanas, literalmente “abridor de ojos” (Eye-opener).
En un estudio, 75% de las personas que respondieron "sí" a dos o más de las preguntas se identificaron correctamente como alcohólicos.
Para examinar a las mujeres embarazadas con un problema relacionado con el alcohol, los médicos pueden emplear la prueba de CAGE pero sustituir una "T" por la "G", con la "T" representando tolerancia; la mujer será preguntada cuántas bebidas puede tolerar antes de que sienta los efectos.
Una respuesta de más de dos bebidas indica un problema de salud potencial para la madre y su bebé.
Otras pruebas de examen selectivo cortas son la Prueba de Examen Selectivo de Alcoholismo de Michigan (MASTIL, Michigan Alcoholism Screening Test), la Prueba de Examen Selectivo de Alcoholismo Autoadministrada (SAAST, Self-Administered Alcoholism Screening Test) y La Escala de Dependencia de Alcohol (ADES, The Alcohol Dependence Scale).
Las pruebas más largas se emplean para medir las consecuencias del beber y el nivel de autoconocimiento del paciente.
Los adolescentes pueden requerir diferentes tipos de pruebas de aquellas dadas a los adultos.
En general, estas pruebas son exactamente iguales, y aunque ninguna prueba de examen selectivo ofrece un diagnóstico perfecto, son beneficiosas en muchas maneras.
Las pruebas de examen selectivo a menudo descubren comportamientos de los cuales los pacientes mismos no están conscientes y pueden ayudar a promover el autoconocimiento.
Son útiles para determinar la gravedad de la situación y el tipo de tratamiento que puede ser especialmente útil.
Exámenes de laboratorio y otras pruebas
Las pruebas para los niveles de alcohol en la sangre no son útiles para diagnosticar el alcoholismo porque sólo reflejan un momento y no el uso de largo plazo.
Un análisis de sangre del volumen medio corpuscular (MCV, mean corpuscular volume) a veces se emplea para medir el tamaño de los eritrocitos, que aumentan con el uso de alcohol.
Otro tipo de análisis de sangre puede mostrar las elevaciones de ciertas enzimas hepáticas que se asocian con el abuso del alcohol.
Una exploración física y otras pruebas deben realizarse para descubrir otros problemas médicos.
A veces los resultados de estas pruebas pueden ayudar a convencer a un paciente que busque tratamiento, particularmente si revelan problemas severos, como una exploración computadorizada de tomografía (CT) que muestre la atrofia cerebral, un análisis de sangre que indique daño hepático, o niveles de testosterona bajos que implican un riesgo de impotencia.
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