El pasado domingo, el Gobierno de Puerto Rico confirmó que no contará con los 422 millones de dólares que constituyen el mayor impago del país. Desde hace una década la isla atraviesa una crisis llegando desde hace un año al borde de la bancarrota con unadeuda pública de 72.000 millones de dólares.
La medida la anunció el gobernador, Alejandro Garcia Padilla, en un mensaje televisado. “Al enfrentarnos con la falta de liquidez para satisfacer tanto las necesidades de nuestros acreedores como las de los servicios a nuestra gente, he tenido que elegir. Y elegí: decidí que tus necesidades básicas van por encima de todo”, dijo el dirigente.
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El gobernador, Alejandro García Padilla, anunció la medida por la tarde, en un mensaje televisado. “Al enfrentarnos con la falta de liquidez para satisfacer tanto las necesidades de nuestros acreedores como las de los servicios a nuestra gente, he tenido que elegir. Y elegí: decidí que tus necesidades básicas van por encima de todo”, dijo en dirigente.En concreto, lo que ha firmado el ejecutivo es una moratoria temporal de los títulos de deuda emitidos por una agencia pública, el Banco Gubernamental de Fomento (BGF), un tipo de valor que deja a sus titulares, los acreedores, pocas posibilidades de reclamar. Hasta ahora, Puerto Rico sí ha ido cumpliendo con los vencimientos más protegidos legalmente.Padilla admitió el pasado mes de junio que el país se estaba quedando sin dinero para pagar sus deudas y comenzó un tortuoso intento de reestructuración de la deuda. El complicado estatuts jurídico de la isla (es un estado libre asociado a EEUU) le obliga a cumplir con ciertas regulaciones económicas estadounidenses, pero no le permite acogerse a un proceso de quiebra ordenada como el que en su día llevó a cabo Detroit.El Gobierno ha puesto sobre la mesa un plan de reestructuración de la deuda, que implica plazos más largos y una quita considerable, pero no ha habido acuerdo alguno. Tampoco ha encontrado alivio en Washington, donde los congresistas demócratas y republicanos no han llegado a ningún acuerdo sobre cómo pueden facilitar una salida a la isla que no pase por un rescate financiero.“No queremos un rescate financiero. Ni nos lo han ofrecido. Lo que queremos es un proceso de reestructuración que no le costará nada a los contribuyentes de EE UU Simplemente necesitamos las herramientas legales que nos permitirán enfrentar esta crisis y asegurar que Puerto Rico, de cara al futuro, sea viable”,dijo este domingo el gobernador.Aunque el anuncio se hizo hoy, y se daba por descontado entre los analistas, el impago no será hasta acabar el día de mañana, laborable. El país afronta nuevos vencimientos de deuda abultados en el calendario. Solo en intereses, según datos de Bloomberg, habrá unos 1.000 millones. EL PAIS