Amigos, mis queridos compañeros de Globovisión, estoy nuevamente frente a ustedes, dando la cara y respondiendo por lo que digo y por lo que hago.
El presidente Chávez me ha acusado de ser un delincuente y prófugo de la justicia.
Presidente, usted sabe muy bien que ni mi hijo Guillermo ni yo somos delincuentes.
Presidente, usted sabe muy bien, que por órdenes suyas, la Fiscalía General de la República nos investigó durante nueve meses y no logró encontrar ni inventar ningún delito.
Presidente, usted sabe que en Venezuela la justicia se ha convertido en un instrumento suyo, para perseguir y amedrentar a todos aquellos venezolanos que nos
atrevemos, públicamente, a criticar su gestión de Gobierno. Ante esta falta de independencia de los tribunales en Venezuela, donde me han cambiado los fiscales y
jueces, arbitrariamente, hasta conseguir el que se atrevió a dictar una orden de aprehensión y reclusión sin ni siquiera llevarnos a juicio, violando así, descaradamente, el debido proceso.
Yo llevé nuestro caso ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, de la cual Venezuela es signataria, y lo reté a usted, presidente Chávez, a que ante los jueces internacionales e imparciales que conforman la Comisión y la Corte Interamericana de Derechos Humanos presentara las acusaciones que usted nos hace en Venezuela, a ver cuál sería el veredicto de estos jueces. Yo estoy dispuesto a aceptar y respetar el veredicto de estos jueces. Yo lo vuelvo a retar, a usted presidente Chávez, a que haga lo mismo.
Presidente, usted me acusa a mí de criticar a Venezuela, no confundamos Presidente, yo no estoy criticando a Venezuela, mi país al cual quiero profundamente. Yo sí hago señalamientos sobre usted y su régimen, eso es muy distinto a criticar a Venezuela. Usted no es Venezuela y como quedó demostrado en la marcha de los estudiantes bolivarianos que la organizaron en su apoyo el domingo pasado, son cada vez menos los venezolanos que lo apoyan.
Presidente, usted sabe muy bien todo lo que se dijo en el foro sobre los peligros en Latinoamérica que hubo en el Capitolio Americano, el 17 de noviembre pasado. Usted debe haber visto el video completo que le grabó Telesur y además ahí estaba una funcionaria de la embajada de Venezuela en Washington, que se tomó el trabajo de anotar todo lo que señalaban o denunciaban de usted, su Gobierno y sus cómplices de Bolivia y Ecuador.
Presidente, no invente. Usted sabe muy bien que ahí no había ni hay nadie planeando
golpes de Estado o magnicidios. Usted, por su experiencia previa, debe saber cómo
se planifican los golpes de Estado y magnicidios, pero no creo que sea en un foro
público en el capitolio de Estados Unidos.
Lo que sí quedó claro, en este foro, es que sus actividades en apoyo a organizaciones
terroristas, que sus negociaciones presuntamente secretas con Irán, son bien conocidas. Y sí, se comentó el desastre de Gobierno que ha sufrido nuestra querida Venezuela, un gobierno que logró desperdiciar el momento histórico más favorable que ha tenido Venezuela, y que después de haber manejado más de 990.000 millones de dólares, lo único que usted puede mostrar es el país con la tasa de inflación más alta del continente americano. Somos el único de América con un Producto Interno Bruto negativo y con una cantidad de empresas expropiadas, que hoy son mucho menos eficientes de lo que eran, si es que no han fracasado.
Sí, Presidente, usted tarde o temprano va a tener que rendir cuentas a los venezolanos de cómo usted desperdició esa gran oportunidad que tuvimos de convertirnos en un país progresista, con buenas fuentes de empleo, con un buen sistema de educación y donde hoy en día todos los venezolanos deberían tener una
casa digna donde vivir, con buena calidad de vida. En cambio lo que tenemos es un
déficit de más de 2.300.000 viviendas, es decir, más de 10 millones de venezolanos que no tienen ni pueden tener una casa donde vivir dignamente.
Tenemos un sistema eléctrico colapsado y quizás lo peor de todo, lo que constituye verdaderamente traición a la patria, una industria petrolera que sigue siendo nuestra primera fuente de ingresos, colapsada e ineficiente.
Presidente, yo no lo quiero muerto. Yo quiero que tenga mucha salud para verlo cuando le tenga que rendir cuentas a los venezolanos y quizás más allá de nuestras fronteras, por su mala gestión de Gobierno y por el destino que tuvo esa enorme fortuna que usted despilfarró.
Presidente, yo sí rindo cuentas. Yo le rindo cuentas a mis accionistas, a los órganos del Estado como el Seniat y sobre todo a mi familia. Presidente a pesar de que cómo usted sabe, yo sólo manejo dinero privado, bien habido, y de procedencia conocida, usted me ha acusado de estafador. No es de hombres acusarme a mí y a otros venezolanos como usted lo hace, protegiéndose con su investidura de Presidente y para poder hacer esas acusaciones, usted tiene que rendirle cuentas a los venezolanos, de cómo nos ha estafado al despilfarrar la fortuna más grande que haya recibido jamás Venezuela. Usted ha manejado en 10 años mucho más dinero que el que recibieron todos los gobiernos del período democrático y lo único que nos puede enseñar hoy en día es un país en ruinas.
Presidente, su obsesión no debería ser con Globovisión. Globovisión, como usted lo dice, lo que hace son señalamientos. Señala como usted ha incumplido sus promesas, señala la mala calidad de vida que padecemos los venezolanos bajo su régimen gubernamental.
Su obsesión debería ser cómo mejorar su gestión de Gobierno y eso no lo va a lograr, salvo buscando el concurso de todos los venezolanos, la unión de los venezolanos con un proyecto común. Eso no se logra con amenazas de guerra entre venezolanos, que es su discurso.
Presidente, por más que usted trate no va a lograr que los venezolanos peleemos entre nosotros. Las Fuerzas Armadas tendrán sus radicales, como su último general en jefe, pero estoy seguro que en su gran mayoría son respetuosos de la Constitución sobre la cual hicieron su juramento de carrera y sobretodo son amantes de su país y sabrán respetar la voluntad de la mayoría y frenar a quienes traten de desconocer esa voluntad.
Presidente, no trate de desviar la atención en mí; usted sabe que la verdad es que los venezolanos se cansaron de su ineficiencia y del despilfarro de su Gobierno. Esa ineficiencia que señalamos todos los días en Globovisión, cuando les damos el micrófono a tantos venezolanos desesperados, al ver que su calidad de vida desapareció y que les matan a sus seres queridos.
Presidente, usted sabe que Globovisión sigue estando en esa misma casita donde usted nos visitó como candidato presidencial y dos veces como Presidente, durante su primer año de Gobierno.
Globovisión no ha podido aumentar su cobertura, en señal abierta, porque usted no ha permitido que nos den ningún permiso nuevo. Lo que sí sigue siendo es un grupo de venezolanos con una visión de país donde decir lo que se piensa, donde hacer periodismo libre e independiente es un derecho y no una concesión. Que la libertad de expresión es el derecho de los ciudadanos a estar informados y que no debe tener como costo la confiscación, el exilio o la cárcel. Esos principios y valores nos han convertido en la referencia informativa de Venezuela.
Presidente, no siga manipulando a la Fiscal General de la República y a la Presidenta del Tribunal Supremo de Justicia. Acepte mi reto y dilucidemos el caso de Globovisión y las acusaciones que usted me hace frente a los jueces internacionales e independientes, todos latinoamericanos, de la Comisión y Corte Interamericana de los Derechos Humanos.
Presidente, usted sabe que cualquier acción legal que se intente contra Globovisión será un atropello para la empresa y sus trabajadores, ya que tanto usted como sus asesores saben que Globovisión tiene todos sus permisos y documentación perfectamente en orden y al día y somos celosamente vigilantes de no infringir la Ley.
Gracias Venezuela por la atención que me han prestado;
Guillermo Zuloaga N.
Caracas, 22 de noviembre de 2010
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